R.M.C., conocido como el Kalifa, uno de los líderes de la organización que explotaba en Madrid a menores de edad, tenía nueves detenciones previas y su último arresto fue una semana antes que el resto de integrantes de la red, ya que agredió sexualmente a una de las niñas tuteladas por la Comunidad de Madrid.

Dominicano de 25 años de edad, era el encargado de captar a las menores para que luego ejercieran la prostitución a cambio de dinero o drogas dentro de una red desarticulada en Madrid en el marco de la operación Sana.

Este joven tenía nueve detenciones previas y dos reclamaciones judiciales vigentes en el momento en el que fue detenido, el pasado 22 de noviembre.

Tres de sus arrestos fueron por reclamaciones judiciales y dos por delitos de lesiones. También tiene antecedentes por robo con fuerza, por delitos contra la seguridad vial, por delitos contra la salud pública y por infringir la Ley de Extranjería.

Una semana después del arresto del Kalifa, el 30 de noviembre, la Policía Nacional estableció el dispositivo contra esta red que acabó con más de una treintena de detenidos y diez menores liberadas.

La última detención de R.M.C. fue por una presunta agresión sexual, delito contra la salud pública y lesiones sobre una de las menores tuteladas por la Comunidad de Madrid que estaba en ingresada en el Centro de Picón del Jarama.

Esta joven ya se había escapado del centro en agosto, donde tenía que ingresar tras pasar un mes de vacaciones con su familia, y estuvo retenida tres días en una casa donde sufrió otra agresión sexual. En ese caso, pudo escapar y pedir ayuda en un estanco de Usera. La chica es una de las testigos protegidas dentro del proceso.

Los agentes de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) se personaron en un domicilio en la calle Cartaya el pasado 22 de noviembre a las 10 de la mañana, alertados por una agresión a una menor por parte de su pareja.

Escondido bajo unas sábanas

En el lugar se entrevistaron con la niña, de 15 años, que dijo que se había fugado del centro de menores San Cristóbal y que fue acogida por el Kalifa ya que no tenía donde pernoctar.

La menor reconoció que había consumido cocaína en base, de forma voluntaria, y que, debido a la droga, no fue consciente de lo que ocurrió en los días posteriores. Tenía numerosas lagunas pero recuerda haber sido agredida físicamente por el Kalifa.

Según su testimonio, en la noche del 21 de noviembre, este hombre, se enfadó y comenzó a golpearla por todo el cuerpo, a zarandearla, llegando a agarrarla por debajo de los hombros y a levantarla en el aire.

"Hija de puta te voy a echar de la casa, te voy a destrozar", llegó a amenazarla.

A pesar de este episodio, ambos durmieron juntos pero cuando se despertó el Kalifa estaba encima de ella con un cenicero en la mano con intención de golpearla.

La menor se echó a llorar, abandonó la casa y se percató que no llevaba ropa interior y había sido agredida sexualmente.

Los agentes que se personaron en el domicilio, que conocían porque era un lugar dedicado al consumo de estupefacientes, y localizaron al presunto violador escondido en una habitación, bajo unas sábanas.

La joven fue trasladada a un centro sanitario donde comprobaron y atendieron las heridas que tenía y después ingresó en el centro de Picón.

Dos días después, el 24 de noviembre, la magistrada del Juzgado de Instrucción número 44 de Madrid decretó el ingreso provisional comunicada y sin fianza del detenido por un delito de abuso sexual con penetración a menor de 16 años.

A petición de la Fiscalía, el 21 de diciembre esta juez se inhibió en favor del Jugado de Instrucción número 8 de Madrid, que es el encargado del procedimiento de la Operación Sana.