En lo más profundo de las Fragas do Eume permaneció oculto durante los últimos once meses el conocido como 'Rambo' gallego llevando a su espalda una mochila con una tienda de campaña para pasar las noches. Y de vez en cuando hurtaba comida en casas de los vecinos: una ristra de chorizos, un bizcocho recién hecho, media docena de cervezas...

Su figura causaba miedo en la zona, con su silueta renqueante emergiendo en la niebla de la noche. Había asesinado a un hombre, Manuel García Varela, de 24 años, durante las fiestas patronales de Cuntis en 1996. Escapó hasta cuatro veces de la cárcel, en una de las ocasiones incluso con una sábana al más puro estilo cuerda de presos. Durante una de sus fugas llegó a vivir por los montes gallegos durante ocho años... incluidas las Fragas do Eume en 1997. Pero más allá de este personaje criminal casi de leyenda, la Guardia Civil se encontró, cuando lo detuvo, con un hombre envejecido y cojo que solo pasaba hambre.

El final de la escapada ha llegado para Alfredo Sánchez Chacón, nacido en Córdoba pero cuya vida transcurrió sobre todo en Vilagarcía de Arousa hasta el inicio de su carera delictiva. Su última, hasta ahora, huida finalizaba gracias a la intervención vecinal en la parroquia de Loira (Valdoviño) en la madrugada del miércoles al jueves.

Intento frustrado de robar

Alfredo Sánchez intentaba entrar en una casa por la ventana y la dueña se dio cuenta. Avisó a un hijo que vivía con ella y a un segundo que reside en un domicilio próximo, así como al vecino guardia civil Manuel Vilela, que no estaba de servicio. Tras inspeccionar la zona, el agente descubrió al fugitivo a unos 200 metros e inició la persecución, lanzando dos disparos al aire, pero el perseguido no se amedrentó. “Entonces decidí cambiar de estrategia”, explicaba ayer el guardia civil en rueda de prensa, “y saqué mi defensa personal extensible”.

La persecución se convirtió entonces en un duelo entre el guardia civil con su arma extensible, con la que le propinó “cuatro o cinco golpes”, y el 'Rambo' gallego con un bastón. “Me eché encima de él, lo reduje con la extensible en el cuello y ahí acabó todo”, relata Vilela. Los hermanos ayudaron a retenerlo, después Chacón fue llevado al hospital para ser atendido de las “lesiones de la huida”. Y tras pasar a disposición judicial, ingresó en prisión por resolución del Juzgado de Instrucción Número 1 de Ferrol, que efectivizó las dos requisitorias de ingreso pendientes de Pontevedra y Valencia. Permanecía huido desde que en marzo de 2021 no volvió a la cárcel de Monterroso (Lugo) tras un permiso. Ahora también será acusado de robo y atentado.

¿Por qué Chacón volvió a las Fragas do Eume tras una primera incursión en 1997? Parecía conocer el terreno al milímetro. Pero algunas fuentes también apuntan a los vínculos emocionales. E indican que cuando empezó a desplazarse en las últimas semanas por el concello de Valdoviño solo quería volver a entrar en la casa de su madre.

Viejo y renqueante

La historia del 'Rambo' gallego trajo a los vecinos de la zona aquellas historias de la mala vida al raso de los escapados. Con 63 años, ya ha pasado por tres cárceles en la tercera parte de su vida. Acompañado por el comandante jefe de A Coruña, Francisco Javier Jambrina, y por la subdelegada del Gobierno, María Rivas, el agente Manuel Vilela desmitificó la figura de un fugitivo peligroso. Exmilitar e hijo de un guardia civil, Sánchez Chacón estaba envejecido y renqueante. “Entiendo la comparación [con Rambo] por su instrucción militar y por ser hábil en supervivencia, pero es un señor de 63 años que cojea. No es comparable, no constituía ningún riesgo para la integridad física de los vecinos”, insistía Vilela.

Esa situación de pura y dura supervivencia se evidencia en su modus operandi. “Siempre ha evitado el contacto, todos los hurtos eran famélicos, solo una vez robó dinero, 800 o 900 euros, que conservó íntegros, precisamente para rehuir el contacto humano”, informó Jambrina. Finalmente, Sánchez Chacón fue atrapado al cometer el error de entrar en una casa habitada. Y ahora vuelve a perder su libertad.