La tarde-noche del pasado viernes se encendieron todas las alarmas en la provincia. El motivo era más que suficiente para preocuparse, ya que la máquina que se encargaba de instalar las vigas en el puente de la Bota, que está ya en su recta final para salvar las curvas del puerto de Querol, se cayó.

Esto propició que la Guardia Civil tuviera que cortar al tráfico de forma provisional en la N-232 a su paso por Morella, por el peligro de derrumbe de la lanzadera del viaducto.

Por suerte, el suceso quedó en un susto, y no hubo que lamentar daños personales. Pero quien sí pago caro el accidente fue la furgoneta de un operario, que fue aplastada por el lanzavigas. Las imágenes muestran la contundencia del impacto, que machacó literalmente el vehículo.

Furgoneta aplastada tras el accidente del puente de la Bota en Morella

Dos operarios en lo alto de la estructura

Quienes vivieron sobre las alturas esos intensos momentos de zozobra por la posible inestabilidad de la estructura fueron dos operarios que se habían quedado en uno de los apoyos del viaducto. Tras esperar durante unas horas encima de la estructura, los dos trabajadores pudieron ser rescatados por una grúa en torno a las 21.30 horas. Estaban bien.

Vuelta a la normalidad

Tras el susto, los operarios no tardaron en recolocar las maquinarias, y la mañana del sábado se pusieron manos a la obra para que este lunes, tal y como estaba previsto, dé comienzo el remate final de las obras (la instalación de las vigas de los últimos viaductos), que se han retrasado unos días por la previsión de viento.

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Trabajos de recolocación en el puente de la Bota Javier Ortí