Un hombre de Nules salió de buena mañana de casa, se fue a comprar al mercado y después, como suele ser habitual en un día normal, a trabajar al campo. Una vez allí, recibió la llamada de una vecina en la que lo advertía de que habían forzado la puerta de su piso. Eran las 12.00 horas.
Todo en este intento de robo es inquietante, tanto que se haya perpetrado a plena luz del día como que sea la tercera vez que sucede algo semejante en el mismo edificio en cuestión de solo medio año, tal y como han denunciado sus residentes. Si la víctima en este caso vive en el tercero, hace tres meses asaltaron el cuarto y en septiembre el quinto. En esta, como en las ocasiones anteriores, no lograron acceder al interior de la vivienda, pero los daños en la puerta han sido más que evidentes.
La vecina que descubrió la puerta forzada avisó al propietario y a la Policía Local a la vez, y todos se encontraron en la vivienda para comprobar que, a pesar de haberse empleado a fondo, el ladrón no pudo cumplir su objetivo.
Cerrojo de refuerzo
El propietario está convencido de que ha sido porque, después del primer suceso en la finca, hace ahora seis meses, decidió instalar un cerrojo de refuerzo. Un acierto, porque ha sido determinante a la hora de frustrar el robo, aunque también trataron de arrancarlo, «llegaron a doblarlo de tanta fuerza que hicieron con la palanca, aunque no quitarlo», explica el hijo de la víctima, que quiere alertar a los residentes de la localidad sobre la necesidad de tomar precauciones.
La inseguridad en la comunidad no puede ser más evidente. Sospechan que podían estar controlando sus movimientos para saber cuándo estaban en casa, porque prefieren no pensar qué podría haber pasado de estar en casa cuando intentaron entrar.
