La Policía Nacional ha desmantelado en Castellón una secta destructiva que durante años habría estado sometiendo a sus adeptos a todo tipo de aberraciones sexuales, cometidas tanto sobre adultos como sobre menores y haciéndose con un patrimonio que los investigadores aún están en proceso de cuantificar.

De momento, son nueve los detenidos, cuatro hombres y cinco mujeres, entre los que figura el presunto líder ‘espiritual’ de la trama, un hombre de 64 años identificado como Antonio G. L., autor, entre otras cosas, de dos libros de autoayuda revestidos de experiencias sensoriales y espirituales.

Las detenciones fueron practicadas a primera hora del pasado martes, en un amplio operativo policial en el que intervinieron no solo los investigadores, sino también unidades de asalto de la Policía Nacional y que ha permitido recuperar numerosas pruebas en contra del presunto cabecilla y del resto de los integrantes de esta secta.

La investigación comenzó hace casi un año y ha estado dirigida por el grupo de sectas de la Comisaría General de Información y la unidad central de atención a la familia y a la mujer (Ucfam) de la Comisaría General de Policía Judicial, con el apoyo de la Brigada de Información y de la de Policía Judicial de la comisaría de Castelló, tras recibir una denuncia que hablaba de una secta destructiva asentada en una masía de Vistabella del Maestrat, en el Alcalatén, en la que se estarían realizando prácticas sexuales con menores y sometiendo a violaciones a los adultos a los que iban captando.

Tras reunir todas las evidencias contra el líder y sus acólitos, los investigadores decidieron intervenir para detenerlos y liberar a sus víctimas, que hasta el momento son doce, aunque la Policía sospecha que los captores llevan años ejerciendo, por lo que creen que podría haber muchas más personas afectadas.

La secta estaba asentada, según la investigación policial, en la Masía La Chaparra, un conglomerado formado por varias viviendas y cuadras, a ocho kilómetros y medio del casco urbano de Vistabella, en el que residían varios grupos familiares con menores. De hecho, es en el interior de esas viviendas donde el grupo habría cometido los abusos agresiones sexuales. De momento, no ha trascendido si esos delitos eran grabados y si comerciaban con las imágenes, aunque fuentes de toda solvencia han confirmado a este diario que los investigadores han hallado cientos de fotografías y vídeos, almacenados en soportes informáticos, así como aparatos de grabación de imágenes y cámaras fotográficas.

Registros en la masía y en una casa

La masía es uno de los dos puntos a los que acudió el dispositivo policial a las 6.00 horas del pasado martes. El otro es una vivienda de planta y piso en Castelló, propiedad al parecer del cabecilla.

Tras la detención de los acusados, los agentes registraron simultáneamente tanto el interior de la masía, como la casa de Castelló y, según las fuentes consultadas por este diario, los agentes encontraron artilugios sexuales de distintos tipos que empleaban presuntamente para las violaciones y los abusos, así como material audiovisual para supuestamente someter las voluntades de sus víctimas.

Así mismo, la Policía Nacional ha intervenido efectos de tipo religioso que usaban en sus ‘sesiones’. A todo ello se suma dinero en metálico, joyas, relojes y otros efectos valiosos cuyo origen se está investigando, además de mucha documentación, agendas con anotaciones de personas y movimientos bancarios.

Los agentes no solo tendrán que analizar ahora la abundante documentación intervenida, de la que podrían salir más pruebas de la financiación de la secta y de la presunta apropiación de bienes y dinero de sus víctimas, sino también el material audiovisual confiscado, que podría ayudar a encontrar a más personas que hayan podido acabar en manos de este grupo criminal.

Te puede interesar:

Los detenidos fueron llevados a los calabozos de la Comisaría de la Policía Nacional en Castelló, donde se ha centralizado la toma de declaraciones antes de poner a los arrestados a disposición del juzgado castellonense que está dirigiendo la investigación.

Las personas que vivían en la masía, que disponía de piscina y donde escaseaban las nuevas tecnologías, apenas se relacionaban con los habitantes de Vistabella y trataban de mantener una vida cercana a la Naturaleza, producían buena parte de sus alimentos -tenían un huerto propio- y también fabricaban productos artesanales, entre otros, de cerámica y de madera.