Una de las cosas que más llama la atención del vídeo publicado por la Policía Nacional de la entrada de los agentes a Masía Chaparra, en Vistabella, para desmantelar una secta que operaba desde hace muchos años en la zona, es la gran cantidad de mechones de pelo encontrados. Un curioso hallazgo que no obstante tiene una explicación.
Al parecer, pertenecen todos al líder de la congregación, el tío Toni, al que sus seguidores reverenciaban como a un auténtico líder espiritual. "Yo soy el enviado, os voy a limpiar la suciedad y os voy a llevar hacia la luz", solía decir a los miembros de la secta, asegurando incluso que podía curar el cáncer.
De hecho, los menores que a lo largo de los años han vivido en dicha propiedad debían llevar en los bolsillos un mechón de pelo de su gurú, incluso cuando iban al colegio, un extremo que pudo ser comprobado por los profesores que les dieron clase. Una muestra, en definitiva, del nivel de seguidismo al que sometía Antonio G.L. a sus seguidores.
Parte de la dominación que el hombre ejercía sobre los demás miembros de la secta se originaba a partir de las prácticas sexuales y rituales, muchos de ellos grabados, en las que iniciaba a niñas de la comunidad a partir de los 15 o 16 años. Y todo ello en presencia de miembros de la secta, bajo la premisa de que las tenía que iniciar en la sexualidad.
En este sentido, hay que recordar que los agentes de la Policía Nacional liberó a dos niños, de 8 y 13 años, de masía Chaparra, donde convivían con el resto de miembros de la secta.
