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Trasladado a la UVI en estado "muy grave" el presunto asesino de Erika, la adolescente apuñalada en Oviedo

El hombre tenía cortes muy profundos en el tórax y afectan a arterias del corazón

Trasladado a la UVI en estado "muy grave" el presunto asesino de Erika, la adolescente apuñalada en Oviedo.

El presunto asesino de la adolescente Erika Y. A., un hombre de origen moldavo que responde a las iniciales I. P., permanece en la UVI del HUCA en estado "muy grave" tras haber sido intervenido ayer quirúrgicamente de numerosas heridas.

La operación, que había comenzado a las diez de la noche, se prolongó varias horas y acabó de madrugada. Fuentes conocedoras del caso explican que las heridas (lesiones que se habría infringido él mismo mientras estaba atrincherado en el baño de su casa y antes de que la policía lograra detenerle) incluyen cortes muy profundos en el tórax y afectan a arterias próximas al corazón.

Mientras el detenido por los terribles hechos sucedidos el martes por la tarde en el portal 69 de la calle Vázquez de Mella permanece en el hospital, el procedimiento judicial relativo al asesinato de la niña Erika Y. A. está todavía a la espera de iniciar su tramitación.

El acusado de matar a la joven de 14 años en Oviedo se autolesionó con decenas de puñaladas en la cara, el cuello y el tórax antes de ser detenido

La tragedia se posó ayer en el barrio de Vallobín. El corazón de Erika. Y. A., una adolescente de 14 años que vivía junto a sus dos hermanos mayores y sus padres en el cuarto piso del número 69 de la calle Vázquez de Mella, dejó de latir después de que supuestamente el vecino del 1ºE, un hombre de 31 años y origen moldavo, la abordara en las escaleras y la cosiera a puñaladas por causas que se desconocen. El varón, que ha sido detenido por un supuesto delito de homicidio, estaba siendo operado al cierre de esta edición en el HUCA por las heridas que se provocó a sí mismo asestándose decenas de puñaladas y cortes antes de entregarse a la Policía.

Sangre en el rellano del piso donde fue hallado el cadáver de la niña de 14 años. / L . B.

La menor salió de clase a mediodía y al llegar al portal tocó el timbre de su casa, como cada día. Su padre y su hermano estaban en el interior de la vivienda familiar y al ver que Erika tardaba en subir, su hermano decidió bajar por las escaleras para comprobar la causa de la demora. Al llegar al rellano del primero se encontró un rastro de sangre que conducía hasta la puerta del 1ºE. Su padre bajó a continuación y al ver que nadie abría la puerta de ese piso, decidieron contactar con la Policía Nacional.

Pasadas las tres de la tarde llegaron al portal dos patrullas. Ante la imposibilidad de acceder al 1ºE pidieron ayuda al vecino del piso de al lado. Los agentes accedieron desde un patio interior por la ventana a la vivienda donde, una vez dentro, se encontraron a la joven tendida en suelo, muy malherida y con señales de varias heridas de arma blanca. Los sanitarios trataron de reanimarla sin éxito al mismo tiempo que el varón se atrincheraba en el baño, negándose a salir.

Los agentes trataron de acceder al interior de la estancia. Tras resistirse de inicio, el detenido accedió a abrir la puerta. El hombre presentaba también varias heridas. Las investigaciones apuntan a que al verse acorralado decidió autolesionarse. “Lo sacaron con cortes por la cara y tapado con una sábana ensangrentada”, indicó el responsable de un negocio cercano al portal del trágico suceso. A partir de ese momento, la Policía Nacional cerró a cal y canto el bloque. “Lo sentimos, no se puede pasar”, le espetó un agente a una mujer que inmediatamente se derrumbó y rompió a llorar.

"Era un ángel, no doy crédito, era de las niñas más bueninas", dice un amigo de la familia de la menor asesinada en Oviedo

"Era un ángel, no doy crédito, era de las niñas más bueninas", dice un amigo de la familia de la menor asesinada en Oviedo LA NUEVA ESPAÑA

"Era como un ángel, atenta y muy simpática", dicen desconsolados los amigos de la familia

"Era como un ángel, no doy crédito, era de las niñas más bueninas”, dice Gonzalo Valverde, un amigo de la familia de Erika Y. A. y compañero de la organización religiosa de los padres de la menor fallecida tras ser apuñalada en el número 69 de la calle Vázquez de Mella, donde decenas de amigos y familiares fueron agolpándose para arropar con rezos y sollozos a la familia que se refugiaba en el cuarto piso, mientas se levantaba el cadáver tres plantas más abajo. Otro vecino, ecuatoriano como los padres de la chica nacida en Asturias hace 14 años, trataba de contener la emoción para elevar a los altares a una familia “buenísima, de las que siempre hacen favores a los demás sin pedir nada a cambio”.

El hombre, que prefería no desvelar sus datos por respeto “a la intimidad” de sus amigos, se refería a la fallecida como “una pequeña preciosa, atenta y muy simpática” a la que ayer quiso rendir su particular tributo. “Allá donde estés espero que disfrutes lo que este malvado no te dejó disfrutar aquí”, cantó al aire a la vez que trataba de contactar con la familia por el telefonillo.

Igual de afectados o más se mostraban los amigos de los hermanos, apostados en las inmediaciones del inmueble con las manos entrelazadas. “Era su niña, la querían con locura y deben de estar destrozados”, explicaba un compañero ataviado con la ropa del trabajo con cuya moto no dudó en acercarse para prestar respaldo a distancia a sus amigos. “Esta injusticia no hay ninguna condena que la repare”, exclamó el joven con la voz rota.


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