Los especialistas del Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil están analizando varias muestras de sangre con la esperanza de resolver el crimen de Esther López, la mujer cuyo cadáver fue encontrado en una cuneta cercana a Traspinedo (Valladolid) el pasado 5 de febrero. Agentes caninos (K9) de la Unidad Cinológica, especializados en localizar restos humanos (huesos y sangre) marcaron especialmente dos puntos de la vivienda de Óscar, el investigado por el caso.

Según ha sabido CASO ABIERTO, el canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica, los perros señalaron el sofá del salón de la casa porque habrían detectado restos de sangre. El otro punto señalado especialmente por los animales fue el suelo de la caseta de la piscina.

Óscar, el principal investigado por el caso, ha declarado que Esther no estuvo en su casa la noche de su desaparición y muerte, el pasado 13 de enero. Según su versión, ambos estuvieron juntos de fiesta en Traspinedo con un tercer amigo, Carolo, que fue el primero en marcharse a su casa. Muy poco después, hacia las 2:45 de la madrugada, Esther se bajó de su coche y él se fue a dormir.

Trozos de sofá

Agentes de Criminalística de la Guardia Civil tomaron muestras de los puntos indicados e incluso recortaron varios trozos del sofá de la casa de Óscar para analizarlos en el laboratorio central de Madrid.

Los análisis deberán confirmar si la muestra de sangre es positiva, si es suficiente para ser analizada y, en ese caso, cotejarla con el ADN de Esther López para ver si fuera suya. Esas son las principales, pero los especialistas de Laboratorio están analizando casi 500 muestras recogidas en la casa y el coche del sospechoso.

En un posavasos

Las investigaciones de la Guardia Civil indican que Óscar acudió a lavar el coche a un establecimiento de Valladolid el día siguiente de la desaparición y muerte de Esther López, algo que él también ha negado.

Pese a ello, los agentes caninos ya habían marcado un rastro de sangre dentro del coche de Óscar, concretamente en la zona entre el conductor y el copiloto, una especie de posavasos donde pueden dejarse botes o bebidas, incluso el móvil. Ese hallazgo también está tratando de ser confirmado ahora en un nuevo análisis de laboratorio. En una primera inspección del vehículo, un Volkswagen T-Roc, se encontró también sangre de Óscar, el dueño del coche.