Caso Abierto - El Periódico Mediterráneo

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LA POLICÍA ADVIERTE DE QUE PASA MUCHO Y HAY GENTE QUE PAGA

Acusan a un vecino de Castelló de un falso caso de ‘sexting’ para extorsionarlo y sacarle el dinero

Recibe mensajes con audios y vídeos de un supuesto policía y un fiscal de Paraguay

Imagen que le enviaron a la víctima para que creyera que hablaba con un policía de Paraguay. MEDITERRÁNEO

La exposición a la que nos sometemos en las redes sociales vuelve a estar detrás de un intento de extorsión y estafa sufrido por un vecino de Castelló, escogido por un grupo organizado que pretendía sacarle dinero para evitar, según le advirtieron, ser denunciado ante las autoridades de Paraguay por haber cometido un delito de sexting, acoso sexual por internet.

La víctima, que no cayó en la trampa y denunció los hechos de inmediato ante la Unidad de Delistos Informáticos de la Policía Nacional, empezó a recibir hace unos días llamadas de teléfono desde Paraguay a las que no contestó. De inmediato, las llamadas se transformaron en mensajes de whatsap, que tampoco respondió hasta que recibió un audio. En él, una voz de mujer le acusaba de ser «un sinvergüenza» por enviar mensajes sexuales a una menor

Tenía tan claro que era una acusación falsa que el afectado no hizo caso, pero entonces le llegaron una cadena de audios entre los que estaba el de un hombre que se identificaba como subinspector de la Policía Nacional de Paraguay. Le decía que habían interpuesto una denuncia contra él por acoso sexual a una niña de 16 años. No se conformaban con su falta de respuesta e insistían una y otra vez. Le decían que querían hablar con él para evitarle una campaña de desprestigio, y como prueba, empezaron a enviarle imágenes suyas que, evidentemente, habían conseguido en sus perfiles de redes sociales y de sus contactos.

Una de las imágenes, supuestamente falsas, que enviaron a la víctima para extorsionarla y hacerle creer que iba a ser acusado de un delito en Paraguay.

Solo entonces les contestó para pedirles explicaciones y empezaron a adjuntarle imágenes de documentación, como una supuesta acreditación policial. Con esa información, el afectado realizó una búsqueda en internet y comprobó que era todo falso. Incluso se puso en contacto con el servicio de atención al ciudadano de la Policía Nacional de Paraguay para verificar su identidad y le confirmaron que no existía. Informó del resultado de sus averiguaciones a quien trataba de coaccionarle y le respondieron enviándole un vídeo en el que, supuestamente, estaban imprimiendo la denuncia.

Quien dijo identificarse como un subinspector de policía de Paraguay le envió la que se suponía era una foto suya para que le creyera.

Pese a que bloqueó varios números, insistieron en múltiples ocasiones, el falso policía y alguien que decía ser el fiscal de Asunción, también de Paraguay, que ya le planteó llegar a un acuerdo por el bien de la menor.

El resumen del caso es que buscaron información en el perfil profesional de la víctima, recopilaron datos de sus redes, intentaron llegar a un acuerdo y como no lo consiguieron, lo extorsionaron con difundir el caso para hundir su imagen. Tras denunciar los hechos, la policía le informó de que sucede a menudo y algunas personas, acaban pagando.

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