El violador de la joven de Igualada (Barcelona) tiene 20 años y ya ha agredido sexualmente a dos menores de edad. La primera fue su hermanastra, de siete años. Él tenía 14 entonces y acababa de llegar a España para reunirse con su madre, que vivía entonces en la provincia de Girona. Tiempo después, la mujer denunció que abusaba de la niña y lo echó de casa.

En febrero de 2020, Brian Céspedes fue condenado por un juzgado de Menores de Girona a un año de internamiento en régimen semiabierto y 12 meses más de libertad vigilada, siguiendo la ley del Menor. Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya indicaron que el joven fue condenado por un delito de "agresión sexual en grado de tentativa" sobre su hermanastra. Se trató, según las mismas fuentes, "de un único hecho" que fue denunciado "cinco años después de que hubiera sucedido". La condena añadía además una orden de alejamiento respecto a la víctima.

Apenas cinco meses después, en julio de 2020, el mismo juzgado le suspendió la condena con la condición de que realizase una terapia de educación sexual y otra de deshabituación de tóxicos (alcohol, especialmente). El TSJC definió ayer esas terapias como "tratamiento psiquiátrico" y "tratamiento de desintoxicación" y añadió que en "el expediente de ejecución" del agresor no se recoge "ninguna incidencia ocurrida durante su cumplimiento". Desde entonces y hasta julio de este año, el joven estaba además en libertad vigilada, una medida también contemplada en la ley del Menor.

Libertad vigilada

Según ha sabido CASO ABIERTO, el canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica, el juzgado de Girona comunicó entonces, en julio de 2020, a todas las bases policiales un "señalamiento de control específico" por agresión sexual para Brian que estaba vigente cuando atacó y violó a la joven de Igualada, a la salida de una discoteca, el pasado 1 de noviembre. De hecho, está vigente hasta julio de 2022.

La libertad vigilada implica, en teoría, realizar un seguimiento de la persona, por ejemplo ver si asiste al trabajo o al colegio, y puede prohibirle acudir a determinados lugares. Fuentes policiales indican que el señalamiento de control, en la práctica, implica poco más que saber que, si el joven se ve envuelto en algún incidente, salte un aviso en las bases de datos.

La semana pasada, los Mossos d'Esquadra detuvieron a Brian por la violación de la menor de 16 años después de una laboriosa investigación. El juez lo envió a prisión después de que en la manga de una de sus chaquetas se encontrara ADN de la víctima, a la que no conocía hasta que el pasado 1 de noviembre la violó salvajemente, dejándola casi desnuda y al borde de la muerte en la calle Países Baxos de Igualada. El auto del magistrado que lo envió a la prisión de Brians (Barcelona) lo acusa, por ello, de violación y tentativa de asesinato.

En ese mismo auto, el juez menciona el estilo de vida de Brian y sus antecedentes para justificar su ingreso en prisión antes de que sea juzgado. El magistrado asegura que "consta un informe que detalla ciertos hechos acaecidos en su pasado, de los cuales se puede inferir un pronóstico de alta peligrosidad y probabilidad de que vuelva a delinquir". Añade que que no tiene apenas "lazos sociales estables" y que se encuentra en situación "irregular" en España.