Nada menos que 5 años permaneció en paradero desconocidooculto para que las autoridades no pudieran localizarle y detenerle para juzgarle por un robo con fuerza en un taller de chatarra que terminaría en una condena de prisión.

La Policía Nacional le había perdido el rastro hasta hace unos días cuando se presentó en sus dependencias para realizar algún tipo de gestión que no podía delegar.

Salió del lugar en el que estaba escondido en Zamora, ante la creencia de que el delito que tenía pendiente de juicio había prescrito. Sin embargo, se anticipó en unos días, los justos para que se reactivara la causa y el imputado tuviera que comparecer en el Juzgado de lo Penal.

Aunque el encierro, el plan urdido para eludir la acción de la Justicia, no le había salido como esperaba, lo cierto es que la fortuna estaba de su suerte, puesto que en la fecha prevista para celebrar la vista oral, ayer mismo, su abogado de oficio comprobó que el delito acababa de prescribir horas antes.

La magistrada de lo Penal no tuvo más remedio que decretar su puesta en libertad, tras haber ordenado la busca y captura 5 años atrás para sentarle en el banquillo de los acusados.