La frontera marítima entre Castellón y Tarragona ha vuelto a colocarse en el punto de mira de quienes luchan contra el tráfico de drogas en los últimos días. La Guardia Civil se encuentra en plena investigación tras la persecución a unos narcotraficantes en la zona del almacén de gas Castor de Vinaròs, donde los delincuentes lanzaron al mar más de un centenar de fardos al verse acorralados por los efectivos del instituto armado, tal y como adelantó en exclusiva este diario. Los agentes recuperaron una lancha con tres motores de 300 CV, abandonada por los fugitivos y que está custodiada en el Servicio Marítimo de la Guardia Civil de Castellón. Además, desde hace días una lluvia de fardos de hachís han ido apareciendo en costas de Orpesa y Benicàssim, arrastrados por la corriente.
No es casualidad que el mayor alijo intervenido por vía marítima en los últimos siete años en la provincia se requisara, precisamente, en Vinaròs en 2021. La Guardia Civil se incautó de casi 2.500 kilos de hachís, que habían sido alijados en la playa. Los investigadores del EDOA de la Guardia Civil siguieron a la furgoneta donde se cargó la droga, ayudada por un vehículo lanzadera. Los dos transportistas fueron detenidos e ingresaron en prisión provisional.
Otra narcolancha en Orpesa
Hace ahora también un año una lancha rápida de similares características ya apareció abandonada en la torre Colomera, a escasos metros de la vía verde que une Benicàssim y Orpesa. La embarcación, cuyo valor rondaba el medio millón de euros, sufrió algún fallo en el motor, hecho que obligó a los traficantes a dejarla y huir.
Semanas después, la Policía Local aprehendió varios fardos con 150 kilos de hachís en la playa de l’Estanyol de Moncofa.
Tras estos hallazgos en Orpesa y Moncofa no trascendieron detenciones relacionadas.
Almacén en l'Alcora
En l’Alcora, la Benemérita sí logró desmantelar en el 2021 una organización que operaba en todo el litoral mediterráneo. En el marco de la operación Hulkcos-Perseo-Orquesta, la Guardia Civil, la Agencia Tributaria y la Policía Nacional registraron naves industriales en la capital de l’Alcalatén, donde se incautaron de cinco narcolanchas de grandes dimensiones, además de camiones, furgonetas, combustible y equipos de navegación y de comunicaciones valorados en 1.500.000 euros.
Aunque el tráfico de drogas por vía marítima parecía haber quedado dormido en la provincia en la última década, con escasas operaciones policiales de estas características, los recientesgolpes a organizaciones criminales, persecuciones y hallazgos de fardos dan buena cuenta de que no es así. De hecho, fuentes expertas consultadas inciden en que la presión ejercida en el Estrecho y el plan especial de seguridad en el Campo de Gibraltar han dado sus frutos y han obligado a las organizaciones a reactivar otras rutas mediterráneas. Las largas y solitarias playas, las aguas tranquilas y una densidad de población baja hacen del Delta del Ebro un punto caliente para el narcotráfico marítimo.
