Un matrimonio de turistas franceses de avanzada edad puede estarle muy agradecido a los bañistas que en la mañana del domingo compartían con ellos jornada de playa en Nules. Poco antes de iniciarse la jornada de salvamento y vigilancia --establecida estos días a las 12.00 horas-- la pareja decidió entrar en el mar pese a que no estaba en las mejores condiciones. Ambos se vieron sorprendidos por las olas, especialmente la mujer, que acabó revolcada y sin ser capaz de salir del agua, hasta que varias personas se lanzaron a su rescate. Para lo que podía haber sido, las consecuencias han sido las mínimas, el incidente ha acabado con la mujer herida y trasladada al hospital, pero viva.
Según relatan a Mediterráneo testigos de lo sucedido, serían sobre las 11.10 horas. Ninguna bandera alertaba sobre el estado de la playa porque los socorristas todavía no habían iniciado la jornada de vigilancia pero «había bastante oleaje, entrar no era lo más aconsejable», explican. Sin embargo, el matrimonio, que podría rondar los 70 años de edad, se adentró en el agua hasta que en la zona del rompeolas ella cayó golpeada por la fuerza del mar. Hay que tener en cuenta que el firme de esta zona del litoral, como consecuencia de la regresión, es muy irregular con importantes desniveles. A partir de ese momento todo se complicó. Como pudieron saber después los bañistas que la ayudaron, recientemente la habían operado de la cadera lo que, unido a su corpulencia y al oleaje, complicó que pudiera incorporarse por ella misma.
A merced del agua, varias personas allí presentes no tardaron en comprender que debían actuar porque la mujer podía morir ahogada. Corrieron en su ayuda. La víctima sufría «bastante dolor» y la única forma en la que fueron capaces de sacarla del agua fue arrastrándola. «Se quejaba mucho y pesaba bastante», señalan.
No pudieron alejarla del agua del todo, pero ya en la orilla, decidieron protegerla hasta que llegaran los servicios de emergencias. Relata uno de los testigos, que un grupo de bañistas, al comprobar que las olas seguían alcanzándola, «formaron una escollera humana» con sillas y sus cuerpos para evitar que la fuerza del mar impactara sobre ella. Les explicaron que por una lesión que tenía en la espalda no podía estar acostada, «nos dijeron que dormía sentada», así que una joven se colocó tras ella para que pudiera apoyarse sobre su cuerpo.
Los testigos habían alertado al 112, que de inmediato se puso en contacto con la empresa que gestiona el servicio de socorrismo, Provita. Se da la circunstancia de que el coordinador, a pesar de que las postas abren a las 12.00 horas, sobre las 11.30 horas ya estaba en la zona y recibió el aviso de Emergencias. También se encontraba en el lugar el patrón de barca y llamaron a uno de los socorristas, que vive en la zona. Los tres acudieron en auxilio de la mujer, que ya estaba atendida por los bañistas. Le colocaron el tablero espinal, para evitar movimientos y le dieron asistencia hasta que llegaron los sanitarios.
La SAMU tarda una hora
La ambulancia SAMU «llegó por lo menos una hora después», un tiempo en el que la mujer permaneció en la orilla. Durante la espera, socorristas y bañistas estuvieron asistiéndola, a ella y a su marido, que estaba desfallecido. Una vez en la playa, los sanitarios atendieron a la herida y la trasladaron a un centro hospitalario. La sospecha de los presentes y socorristas es que el accidente haya podido afectar de algún modo a la cadera de la mujer, recién operada. Los participantes en el rescate comparten la sensación de que le han salvado la vida. De no haber estado allí, la pareja de turistas no habría podido salir del mar.
