Unos padres, con domicilio en Almassora y posteriormente en el Grau, se enfrentan hasta a 30 años de cárcel por presuntamente abandonar, maltratar, abusar y drogar a sus cinco hijos menores de edad. El juicio se celebrará durante cinco días el próximo mes de octubre en la Audiencia Provincial de Castellón donde ambos progenitores, en libertad provisional por esta causa, se sentarán en el banquillo de los acusados.
En su escrito de calificación, la Fiscalía relata multitud de circunstancias aberrantes que parecen sacados de una película de terror que dibuja lo que podría ser una especie de casa de los horrores. «No afrontaron el menor cuidado de sus hijos, incumpliendo de forma grave y reiterada los deberes inherentes a la patria potestad, por lo que tras los intentos fallidos de intervención de los Servicios Sociales se declaró a los menores en situación de desamparo asumiendo la entidad pública su tutela», señala el fiscal.
Cuando en el 2010, los pequeños, entre los 10 y los 2 años de edad, ingresaron en el centro de acogida Penyeta Roja se apreciaron en los menores «indicadores de riesgo derivados de la negligencia en su cuidado y atención tales como mal estado, delgadez, retraso o desescolarización».
Drogas y abusos
Los procesados consumían sustancias, especialmente heroína y cocaína, «en presencia de sus hijos», que iban a buscar la droga, «llegando a probar tales sustancias». Además, la madre, presuntamente se prostituía y robaba a los clientes delante de los niños, alguno de los cuales robaba cobre con el padre, además se de ser «mandados por su progenitora a robar dinero a casa de su abuelo».
Asimismo, los padres mantenían relaciones sexuales delante de ellos, además de ver películas pornográficas en su presencia. Una de las niñas fue, según el Ministerio Público, víctima de abusos y agresiones sexuales por parte de un familiar y de una pareja de la madre, «sin que la misma lo impidiera o actuara».
Los pequeños eran «agredidos con crueldad por su madre, que los golpeaba con palos o hierros, llegando a poner a uno de los menores un recipiente de cocina hirviendo en la zona genital».
Consecuencias graves
El fiscal sostiene que a consecuencia de «su historia vital y del grave y continuado maltrato físico, psíquico, emocional y sexual sufrido por los menores, por parte de sus progenitores como por el que fue compañero sentimental de la madre, presentan una gran interferencia en su salud mental y en el desarrollo de su personalidad, como serios problemas que vienen precisando de una atención terapéutica continuada».
El fiscal acusa a los padres de los delitos de malos tratos, contra la integridad moral, exhibicionismo, exhibicionismo de material pornográfico y lesiones. La Fiscalía, además de esos cinco delitos, acusa a la madre de otro continuado de agresiones sexuales contra una de sus hijas por omisión.