Caso Abierto - El Periódico Mediterráneo

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LOS HECHOS SUCEDIERON EN ORPESA

Los forenses creen a una menor que acusa a un vecino de Torreblanca de abusos

El hombre lo niega y aporta una llamada en la que la madre de la niña dice que miente

Imagen del acusado, de pie ayer frente al tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial. BIGNÉ

Los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Castellón ven creíble el testimonio de una menor que ayer acusó a un vecino suyo de Torreblanca de unos abusos sexuales que, presuntamente, habrían ocurrido en Orpesa en el año 2020. Los doctores incidieron ayer durante la prueba pericial en que la menor tiene una personalidad sumisa, baja autoestima, ansiedad y afectación psicológica. A preguntas de la fiscal del caso, confirmaron que creen en la versión ofrecida por la denunciante.

La Fiscalía pide una pena de cinco años de prisión por un delito continuado de abuso sexual y ayer elevó a definitivas sus conclusiones al final del juicio.

La víctima explicó a los magistrados que su familia era amiga de la del procesado y que solían quedar. Recordó que, tras una comida en casa del acusado, se quedó a solas con él y este aprovechó supuestamente para «besarme por el cuello», «tocarme el pecho», y también así sus «partes íntimas».

«Yo me quedé paralizada, no sabía qué hacer. Me quedé quieta totalmente», dijo la menor, que pudo declarar por videoconferencia tras varios intentos en los que el sistema no funcionaba.

«Yo me levanté y fui a la ventana, esperando que mi madre volviera. Él me cogió por detrás y me dijo que estaba muy buena para la edad que tenía», aseveró la adolescente, que entonces tenía 14 años.

 El acusado, por su parte, lo negó y dijo que la niña se lo había inventado. Aportó la grabación de una conversación telefónica con la madre de la pequeña en la que la progenitora le pedía perdón y le decía que sabía que su hija había mentido. El presidente del tribunal le preguntó al hombre que por qué no había aportado ese audio antes, ya que era del año 2021, a lo que el procesado respondió: «nadie me la había pedido».

Cuando fue el turno de la madre de la denunciante, esta reconoció haber dicho esas palabras en una declaración que despertó dudas entre las partes. «Lo llamé y dije todo eso para hacerle daño psicológico», afirmó la mujer, quien sin embargo dijo no reconocer su propia voz en la grabación.

La defensa del acusado pide para él la libre absolución y no reconoce los hechos que se le imputan. El juicio quedó ayer visto para sentencia, que se dictará en las próximas semanas.

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