Un hombre se sentó ayer en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Castellón para enfrentarse a una pena de 15 años de prisión por un presunto delito de abusos sexuales cometido contra una niña con una discapacidad psíquica que tenía nueve años. La víctima y el acusado tenían una relación de abuelo y nieta --ella estaba en acogida con la familia-- y así lo reconocieron ambos en el juicio celebrado ayer en la Sección Segunda.

La víctima declaró que el adulto le quitaba «los pantalones» y le hacía «masajes» en sus partes íntimas en Matet, una pequeña localidad del Alto Palancia. La afectada también reconoció que el procesado le enseñaba vídeos de contenido sexual y que en al menos una ocasión le dio «dinero» y «chuches» después de hacer lo que él quería. «No me gustaba», dijo la niña, quien sin embargo afirmó que «el abuelo me daba pena».

Él la llama "mentirosa"

Por su parte, el acusado lo negó todo y acusó a la menor de ser «maleducada», «mentirosa», «envidiosa» y «contestona». Preguntado por vídeos de pornografía infantil hallados en el rastreo de su teléfono móvil, el adulto dijo que no era consciente, pero que si los tenía era «porque los amigos me los enviaban por WhatsApp». 

El hombre solo admitió haber estado a solas en dos ocasiones con la niña, aunque reconoció haberla visto desnuda en numerosas ocasiones. A preguntas del fiscal, el procesado alegó que la menor era tenía comportamientos sexualizados, que se quitaba la ropa con frecuencia y se hacía tocamientos delante de él. 

El padre de la menor en acogida también fue llamado a declarar en el juicio. El progenitor recordó que él y su entonces mujer le recriminaron a la niña que hubiera besado a su primo pequeño en los labios. Entonces, la víctima les contó «con sus palabras» los presuntos abusos sufridos a manos del abuelo. «Nos habló de tocamientos y sexo oral. Contó que le enseñaba vídeos y le decía cómo hacer las cosas», lamentó el padre, visiblemente afectado.

Los progenitores llevaron a la menor a varios psicólogos. «A raíz de contarlo, la niña tenía pesadillas t decía que el abuelo iba a venir a matarla. Los psicólogos no tuvieron ninguna duda de que lo que contaba era verdad», afirmó el hombre, quien recordó que la adolescente sufre un retraso cognitivo y madurativo.

El juicio continuará el jueves con las declaraciones periciales y las conclusiones.