Aprovechaban el descontento de trabajadores de ciertas gasolineras de Castellón para compincharse con ellos y obtener datos para clonar tarjetas de repostaje. Era el modus operandi empleado por un grupo criminal desmantelado por la Policía Nacional de Castellón, que ha procedido a la detención de siete de sus integrantes en la operación Stralis.

Los agentes de la comisaría provincial han desarticulado una red dedicada a la falsificación de este tipo de documentos, que consiguió estafar más de 40.000 euros en combustible. La misma realizaba un volcado informático en soportes vírgenes, con sofisticadas herramientas informáticas.

Los investigadores han arrestado a los implicados por presuntos delitos de estafa y pertenencia a organización criminal, tal y como confirmaron ayer fuentes de la Policía Nacional en un comunicado.

Los afectados

A través de una primera denuncia, en la que una empresa ponía en conocimiento de los agentes haber sido víctima de cargos fraudulentos en una tarjeta de repostaje de su titularidad. Los efectivos comenzaron entonces las primeras pesquisas a través de las cuales pudieron identificar la existencia de un entramado delictivo del que se servían los autores para realizar repostajes de combustible a cargo de las tarjetas de los perjudicados, que resultaron ser varias empresas y autónomos de la provincia.

Con la investigación en marcha, se pudo averiguar que los autores de los hechos se servían, entre otros métodos, tanto de contactos con empleados descontentos de las propias empresas afectadas --conocidos en el argot policial como santeros-- como de tíquets desechados por los usuarios de las tarjetas, obteniendo así los datos necesarios de las tarjetas originales para su posterior clonado.

Con los datos ya en poder de la organización criminal, miembros de la misma especializados con conocimientos en falsificaciones, realizaban el volcado informático y el posterior clonado de tarjetas en soportes vírgenes, para lo que utilizaban sofisticadas herramientas y soportes informáticos específicos. Una vez elaboradas los documentos falsos, diferentes miembros de la organización realizaban repostajes de combustible en depósitos de camiones de alta capacidad, siendo abonados a cargo de las tarjetas falsificadas. 

Se servían de camiones con placas de matrícula falsas con la finalidad única de imposibilitar su identificación. Durante los registros domiciliarios practicados se ha intervenido dinero en efectivo, dispositivos informáticos, herramientas para el clonado y numerosas tarjetas vírgenes.