La Sección Segunda de la Audiencia de Palma juzga el próximo viernes a dos hombres, un dominicano de 37 años y un argentino de 22 años, por drogar y abusar sexualmente de menores. Algunas de ellas se habían fugado de los centros de acogida del Institut Mallorquí d’Afers Socials (IMAS). El fiscal pide para los dos acusados penas que suman 31 años de prisión por presuntos delitos continuados de abusos sexuales, corrupción de menores y contra la salud pública. De estos, el ministerio público solicita 20 años de prisión para uno de los procesados y 11 años de cárcel para el otro encausado.

Los hechos que se enjuiciarán en la Audiencia de Palma tuvieron lugar entre los meses de septiembre de 2021 y febrero de 2022 en un domicilio del barrio palmesano de Cala Major. Los dos procesados ofrecían, presuntamente, a las menores regalos y dinero. También les hacían consumir alcohol y cocaína hasta el punto de que las adolescentes llegaban a quedar inconscientes. Una vez que se encontraban en este estado, consumaban los abusos sexuales completos de ellas.

Los dos individuos regalaban a las menores drogas para ganarse su confianza. Una vez que estas tenían sus facultades considerablemente mermadas por el consumo de alcohol y de sustancias estupefacientes, los sujetos insistían en mantener relaciones sexuales con ellas. Algunas de estas chicas pernoctaron en este domicilio durante varias noches.

Estos dos hombres habían conseguido generar en dichas menores un sentimiento de dependencia, al fomentar la adicción de estas a un elevado consumo de bebidas alcohólicas, cocaína y pastillas. Muchas de estas adolescentes se habían fugado del centro de acogida del IMAS donde se encontraban.

El notorio cambio en el comportamiento de estas menores tuteladas despertó las sospechas entre los profesionales del IMAS. Hasta el punto de que decidieron denunciar un posible caso de corrupción de menores, ya que presentaban síntomas de haber consumido estupefacientes.

El caso fue derivado a investigadores de la Unidad de Familia y Mujer (Ufam) ante la posibilidad de que estas adolescentes fueran víctimas también de abusos sexuales. Las sospechas se confirmaron y las pesquisas condujeron hasta un apartamento del barrio de Cala Major donde se consumaban dichos abusos.

Las pesquisas se materializaron con la entrada y registro en dicho inmueble. Para evitar el menor atisbo de resistencia de los sospechosos, agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional irrumpieron sorpresivamente en este apartamento y detuvieron allí a los dos sospechosos.

Reparto de estupefacientes

Los agentes encontraron allí los utensilios que acreditaban que estos individuos se dedicaban al tráfico de drogas. Así, los policías intervinieron en este domicilio dos básculas de precisión, las denominadas tanitas, con las que pesaban las dosis de cocaína que suministraban a las menores.

Las drogas no estaban destinadas únicamente al consumo en el interior del inmueble de Cala Major. Los dos individuos también les entregaban los estupefacientes para que los repartieran en el centro de acogida de menores. De esta manera lograran captar a otros adolescentes para que recalaran en este domicilio.