El suceso tuvo lugar el 8 de mayo de 2020 sobre las 23 horas. La pandemia estaba en su fase inicial. Un joven albanés, de nombre Saimir Sula, entró al Hospital del Mar (Barcelona) acompañado de su hermana Majlinda. El chico tenía fiebre y acudió a que le realizasen un test Covid, que salió negativo. Le hicieron pasar mientras su hermana se quedó fuera aguardando los resultados. 18 horas más tarde, el equipo médico del hospital llamó a Majlinda para comunicarle que su hermano había muerto.

A la extraña muerte le sucedieron una serie de misterios que la familia de la víctima aún no se explica. El primero es que, según la hermana del fallecido, intentaron incinerar el cadáver en un tiempo récord. Majlinda se negó porque vio golpes en el cuerpo de su hermano que no tenía al entrar y alegó que el cadáver sería trasladado a Albania, su país natal, donde pediría una segunda autopsia. El féretro llegó a Tirana y se le practicó esa segunda prueba. El equipo que la realizó emitió un informe asegurando que el cuerpo había llegado sin corazón.

La familia pidió explicaciones al Hospital del Mar de Barcelona sobre los motivos de la repentina muerte de su hermano. E interpusieron una denuncia en Barcelona después de que en Tirana señalasen que el cadáver había llegado a destino sin corazón. Procedieron a emprender la vía judicial. El caso, no obstante, cada vez se le complica más a la familia: ya ha sido archivado en dos ocasiones por un juzgado de Barcelona y ahora se enfrentan a la última posibilidad de recurso.

Dudas razonables

Tras aquellos primeros compases del caso, Majlinda recibió el informe del Institut de Medicina Legal i Ciències Forenses de Catalunya (IMELEC), diciéndole que ya habían localizado el corazón de su hermano. Ella acogió la noticia con extrañeza y dudó que ese órgano perteneciese a su Saimir. Sin sus primeras incógnitas resueltas, se le sumaba una nueva: ¿por qué aparecía ahora un corazón de la nada? ¿Quién lo había extraído y por qué? ¿Era realmente el corazón perdido de Saimir?

Dadas las dudas, y espoleada por la Fiscalía albanesa, Majlinda solicitó (por medio de su abogado, Carlos Sardinero), una prueba de ADN a dicho órgano. Todas las peticiones le han sido denegadas. Es más, el caso ha sido objeto de sobreseimiento hasta en dos ocasiones por parte del Juzgado de Instrucción Nº16 de Barcelona, a pesar de las requisitorias albanesas. Pero ni la hermana del fallecido ni su abogado creen que ese corazón pertenezca a Saimir.

Así, a día de hoy, la familia de la víctima afirma que sigue desconociendo qué le pasó a Saimir aquella noche, por qué el cadáver llegó sin corazón a Tirana y de dónde salió el corazón que le ha sido atribuido a Saimir y por qué no se le hace una prueba de ADN. Porque, además, las fechas de defunción y de extracción del corazón, no coinciden. El informe de ese órgano habla de una defunción que data de finales de abril, pero Saimir falleció el 8 de mayo.

Saimir, en una foto de archivo con su hermana Majlinda.

Primer misterio

Respecto al primer misterio, a lo que en realidad pasó aquella noche, la familia todavía no ha sacado nada en claro. La versión oficial habla de una parada cardiorrespiratoria como motivo de la muerte. Según apuntan, Saimir se puso nervioso cuando entró a ser atendido y empezó a tener un comportamiento violento, lo que habría provocado que los efectivos de seguridad del hospital le redujesen. La familia de Saimir cree que se excedieron con el chico, que entonces contaba con 31 años de edad.

Su hermana Majlinda nos atiende en Dürres, una localidad costera albanesa próxima a Tirana. Muestra a este diario fotos y vídeos de cómo se encontró el cuerpo de su hermano cuando le notificaron que había fallecido. "Entró en el hospital el 8 de mayo a las 23 horas. A las 17 horas del día siguiente, nos comunicaron a la familia que había fallecido. Creemos que falleció una horas antes, pero tardaron en avisar a la familia. Nosotros creemos que se dieron un tiempo para preparar toda la situación".

"Tenía golpes por todas partes, hematomas, traumatismos. Tenía el ojo reventado. Creemos que se excedieron con él. A mí me llamaron desde el hospital para decirme que mi hermano estaba muy agitado. Pero también me llamó él para decirme: “Ven a llevarme; me están quitando el aire, me están matando”. Pero no me dejaron entrar, porque estábamos en fase Covid. Y mi hermano estaba bien antes de entrar. Tenía fiebre, pero estaba bien y no estaba agitado. Incluso hicimos alguna broma antes de que pasase a ser atendido", le explica a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica.

"Hemos pedido las grabaciones de las cámaras de vigilancia del hospital, pero no nos las aportan. Si se trata de una contención proporcionada, no debería ser tan difícil ni laborioso obtener esos vídeos", apunta el letrado Carlos Sardinero, que insiste en "que expliquen en qué consistió aquella reducción. Que declaren los guardias de seguridad que hubo aquella noche en calidad de investigados, porque ellos llevaron a cabo la contención, que es como se produjo la parada cardiorrespiratoria".

Sin imágenes

Sin embargo, ni les han facilitado la grabación de las cámaras de seguridad, ni han sido citados a declarar los guardias que llevaron a cabo dicha maniobra. En el auto de sobreseimiento judicial, el magistrado apunta que Saimir era "esquizofrénico con varios episodios psicóticos" y que estaba aquejado de enfermedades hepáticas, concluyendo que la defunción se produjo por motivos naturales. Algo que no concuerda con los golpes que la familia vio (y documentó) en el cuerpo de Saimir.

Según los informes médicos, a Saimir se le administró haloperidol para intentar controlar su estado de agitación, que fue a más a lo largo del día 9 de mayo: "El paciente se ha quitado la contención torácica, desconocemos cómo, y ha salido al control de enfermería agresivo y amenazando al personal sanitario. Hemos realizado contención verbal y el paciente ha vuelto al box, donde hemos atrancado la puerta para que no saliera. Hasta hemos avisado a Seguridad. El personal de seguridad ha contenido físicamente al paciente contra el suelo y hemos administrado una ampolla de haloperidol intramuscular. Sin embargo, a los pocos segundos avisan por parada cardiorrespiratoria. El paciente se encuentra arreactivo, sin pulso, con cianosis extrema facial (coloración azulada de la piel). Debido a su ausencia de pulso, iniciamos medidas de reanimación básicas y avisamos al equipo de paros". cuenta el informe médico

"Finalmente, a pesar de 1 hora y 10 minutos de reanimación cardio-pulmonar avanzada con compañeros de UCI, se confirma éxitus (fallecimiento) a las 17:26 horas del 9 de mayo. Dado que la causa ha sido desconocida, consensuado con el jefe de guardia y el jefe de enfermería, se solicita autopsia judicial. Se envía informe médico y comunicado judicial a juzgado de guardia. Contactamos telefónicamente con la hermana, que viene a ver al paciente. Orientación diagnóstica: parada cardio-respiratoria de causa desconocida. Agitación", concluye el informe. Es decir, que los testimonios confirman que se le practicó una reducción contra el suelo y que poco después entró en parada.

Saimir, en una foto de archivo.

Muerte y autopsia

La autopsia se llevó a cabo el 12 de mayo de 2020. Añade un dato que, por primera vez, vincula la contención a la que fue sometido Saimir en el hospital: "Presentó un cuadro de agitación y requirió contención mecánica antes de morir, por lo que no descarto que este aumento de necesidades metabólicas haya sido un desencadenante en el resultado final. Las lesiones traumáticas son de escasa entidad y no explican la muerte. La hipótesis de muerte relacionada con reacción adversa a drogas es más improbable, a mi entender. A pesar de todo, haremos estudio toxicológico", concluye el informe.

Los resultados de la autopsia concluyeron que se trataba de "una muerte natural con parada cardiaca como causa inmediata. Causas intermedias: la bronquiolitis, la fiebre, agitación y contención (...). Fecha de la muerte, 19:59". Una hora que no concuerda con la que da el informe justo antes, que habla de las 17:26 como momento de la defunción.

El informe también cuenta que fueron ocho las personas que procedieron a contener a Saimir: "A las 11:35 consta que el paciente está tranquilo y se retiran las contenciones mecánicas. Pero por la tarde presenta episodio brusco de agitación, en ese momento acompañado de heteroagresividad manifiesta (...). El personal de seguridad realizó una contención física. Actuaron ocho personas, cumpliendo el número mínimo exigido de cinco, mientras se le inyectaba una ampolla de haloperidol intramuscular". El informe concluye diciendo que las maniobras que se le practicaron y la medicación que se le administró fue en todo momento correctas.

Segundo misterio

El segundo misterio de este caso es relativo al corazón de Saimir. Su familia, dadas las extrañas circunstancias de la muerte, rechazaron que el fallecido fuese incinerado de inmediato. Al ser su nacionalidad albanesa, ordenaron que el cuerpo fuese repatriado a su país de origen para ser allí inhumado, previa autopsia que se llevaría a cabo de forma independiente a la realizada en Barcelona.

El cuerpo llegó a Tirana después de 18 días y la autopsia se realizó el 27 de mayo de 2020. Lo resultados no fueron entregados a la familia hasta el mes de octubre de 2020. Los forenses que llevaron a cabo dicha autopsia explicaron en su informe que no se podía determinar la verdadera causa de la muerte porque el órgano principal, el corazón, había desaparecido.

Los resultados de la fallida autopsia fueron enviados a la Fiscalía de Tirana, que fue la que lo puso en conocimiento de la familia. Iniciaron también los trámites para solicitar la información pertinente a las autoridades españolas, dado que la familia sospechaba que podría haberse producido un delito de tráfico de órganos. Así, la Fiscalía albanesa envió un primer requerimiento a sus homólogos españoles en el que les pedían que aclarasen por qué el cuerpo de Saimir había llegado sin el corazón. Pero en España no se ha admitido dicha petición de la Fiscalía albanesa y el caso ha sido archivado ya hasta en dos ocasiones en Barcelona. La familia, por tanto, sigue sin saber por qué el cuerpo apareció sin corazón, sin que nadie les hubiese comunicado que lo iban a extraer.

Tercer misterio

El abogado de la familia recibió una notificación del juzgado para decirles que ya habían encontrado el corazón. "Llega el cuerpo a Albania sin corazón. Luego aparece uno y nos dicen que es el suyo y que no hay duda. Que nos lo tenemos que creer", protesta el abogado Carlos Sardinero, que recela de estas afirmaciones.

"Claramente hay irregularidades en la trazabilidad de ese corazón. Hay una ruptura de la cadena de custodia. El corazón se separa del cuerpo sin que nadie nos informe y no sabemos el motivo. Ahora tenemos que averiguar si ese es realmente el corazón de Saimir. Y creemos que no", sentencia el letrado, argumentando que "el informe de anatomía patológica de ese corazón es anterior a la muerte de Saimir. El documento de la autopsia de ese corazón es del 21 de abril, pero la muerte de Saimir se produce el 9 de mayo. Es imposible que sea su corazón", explica a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.

El estudio histopatológico del corazón revela que empezó su estudio el 22 de abril, Saimir murió el 9 de mayo.

Por ese motivo solicitan desde la defensa que se obedezca la petición de la Fiscalía albanesa que ha pedido que se realice una prueba de ADN a dicho corazón. Desde la justicia española, sin embargo, rechazan la petición. El Juzgado de Instrucción nº16 de Barcelona ha archivado el caso por segunda vez e instan a la familia a que recoja el corazón, que sigue en el depósito forense. Familia y abogado se niegan a ello: "Lo que queremos es que hagan el ADN, tal y como piden desde Albania. No vamos a recoger el órgano, porque entonces sí que se rompe por completo la trazabilidad y la cadena de custodia. Lo que pedimos es que no se cierre el caso en falso sin realizar una simple prueba de ADN".

Este periódico ha contactado con el Hospital del Mar, desde donde han declinado hacer declaraciones “al tratarse de un caso que se halla judicializado”.