Un vecino de Segorbe reconoció ayer en el juicio celebrado contra él en la Audiencia Provincial de Castellón que abusó sexualmente de su hijastra menor, practicándole a la niña tocamientos y sexo oral. También admitió haberse masturbado delante de ella y haberle dicho a la niña que no contara nada de lo ocurrido.

El pederasta confeso pidió «perdón a la familia de la víctima» en el turno de última palabra y dijo «sentirlo de verdad». Su defensa, en las conclusiones, se adhirió a la petición de nueve años y medio de prisión --y otros diez de libertad vigilada-- realizada por la Fiscalía por un delito de abuso sexual continuado con acceso carnal y prevalimiento, con la atenuante de reparación del daño, puesto que el procesado abonó en concepto de responsabilidad civil 6.000 euros para la víctima.

El tribunal reprodujo la grabación que la menor realizó durante la instrucción y en ella la niña relató los episodios sexuales vividos a manos de su padrastro y padre biológico de su hermano. 

«Yo tenía 12 cuando empezó todo. El primer día me dijo que le diera un pico y después empezó a entrar en mi habitación y a tocarme por encima de la ropa», comenzó a explicar la adolescente.

A partir de los 14 años este tipo de episodios aumentaron de frecuencia. «Casi todos los días me tocaba. Comenzó también a frotarme por debajo de la ropa y a hacerme sexo oral. Yo le pedía que parase, pero no me hacía caso», relató la afectada a preguntas de las partes, formuladas a través de la intevención de un psicólogo.

La niña reconoció que el abandono paterno que ella sufrió de niña le marcó a la hora de confesar estos hechos. «No quería que mi hermano viviera lo mismo que yo. Que sus padres se separaran a raíz de mi confesión», señaló.

La afectada explicó que, a raíz de los abusos, intentaba estar en casa lo menos posible y lamentó que su padrastro la vigilara constantemente. «Él me decía que no lo contara a nadie porque, según cómo se lo tomara mi madre, él podría acabar en la cárcel», dijo.

La menor inicidió en que el acusado le daba las gracias después de cometer los abusos. «Me decía que le había hecho muy feliz y que él no tenía vergüenza porque teníamos confianza», señaló la víctima.

La madre de la niña confirmó que la actitud de la menor empezó a cambiar por los abusos hasta que un día le contó lo ocurrido. «En cuanto empezó a hablar no hizo falta que me dijera más. Cogía a mis hijos y nos fuimos a la Guardia Civil», manifestó la mujer, inicidiendo en que su marido finalmente confesó los hechos y dijo «que no lo podía controlar».