El juez de Instrucción 19 de València ha decretado el ingreso en prisión comunicada y sin fianza para tres hombres detenidos en la tarde del pasado viernes, cuando extraían, a hurtadillas, 357 kilos de cocaína del interior de un contenedor recién llegado de Colombia al Puerto de València. Se trata de dos ‘rescatadores ‘ –los que sacan literalmente la droga de su escondrijo– y el camionero que iba a transportarla en la cabina hasta un punto fuera del puerto, acordado antes por el jefe de la organización a la que pertenecen los primeros.

El transportista fue apresado en su vehículo, en el que ya habían introducido los otros dos los doce bolsones cargados con las pastillas de droga, mientras que los presuntos ‘rescatadores’ fueron arrestados cuando estaban a punto de saltar el último muro antes de salir del recinto portuario, tras saberse descubiertos por los vigilantes de la terminal de contenedores APM.

Precisamente los dos que salieron corriendo, intentaron hacerse pasar por deportistas en pleno entrenamiento cuando la Guardia Civil los pilló corriendo por el Puerto, a punto ya de saltar el último muro que los separaba de la calle.

Esta nueva intervención de droga, que se ha producido solo dos días después de la detención en Moncada de un valenciano considerado cabecilla en la importación de otros 2.567 kilos de cocaína a través del Puerto de Algeciras, se produjo a última hora de la tarde del viernes. En ese caso, todos los arrestados han quedado en libertad provisional.

Dado el goteo incesante de cargamentos de cocaína que llegan al puerto valenciano desde Suramérica ocultos dentro de contenedores utilizando casi siempre el sistema conocido como gancho perdido o ‘rip off’ en su denominación en inglés, las fuerzas de Seguridad habían pedido hace meses a los responsables de las terminales de contenedores su implicación a la hora de tratar de erradicar la constante llegada de esa droga por vía marítima utilizando las instalaciones portuarias valencianas.

Un dato: solo en 2021, fueron aprehendidas en el Puerto de València 10 toneladas de esta droga en operaciones conjuntas de Aduanas con la Guardia Civil y con la Policía Nacional. Un año antes, el de la pandemia, se saldó con 17 toneladas de cocaína confiscada en los muelles valencianos, auténtica puerta de entrada de esta droga a Europa –desde Valencia se distribuye al resto de España, sobre todo a Madrid, así como a países europeos– desde hace más de 15 años.

El gancho perdido, rápido y barato

Tal como ha publicado Levante-EMV, del grupo Prensa Ibérica, en numerosas ocasiones, el sistema preferido por los narcos en la última década larga es el gancho perdido: las mafias del narcotráfico introducen los cargamentos en pastillas de un kilo de peso, con el logo del receptor rotulado en el exterior para agilizar el reparto final, dentro de grandes mochilas o bolsas de viaje, que introducen normalmente en los contenedores, pero en el espacio más próximo a la puerta de acceso.

Lo hacen o bien en el puerto de origen o en alguno intermedio durante el trayecto –a veces, cuando el elemento corrupto pertenece a la tripulación, lo hacen incluso dentro del barco, en pleno viaje–. Tras violentar el precinto original, meten las bolsas de tal manera que puedan ser recuperadas rápido y cierran. En una de las mochilas dejan un precinto idéntico al que colocan en la puerta, para que los 'rescatadores' puedan colocarlo al terminar su trabajo, dado que para acceder tienen que cortar con una cizalla el anterior.

Colarse en el Puerto

La droga es transportada sin que ni el exportador ni el importador de la carga legal sepan absolutamente nada y, en cuanto llega al destino final, grupos de ‘rescatadores’ acceden al recinto portuario en cuestión y extraen la droga lo más rápido posible para evitar que Aduanas despache el contenedor a su legítimo dueño con la cocaína aún en su interior.

Para ello, utilizan distintos métodos para acceder sin permiso al puerto. Uno de ellos es con un camionero a salario de la organización. Dado que cada vehículo solo tiene permiso para ir exactamente a un punto de la terminal y no puede vagar por todo el recinto, la vigilancia sobre estos se ha convertido en una de las principales herramientas para ‘cazar’ narcos.

Y eso fue lo que sucedió este viernes. Gracias a esa especial atención que prestaban, los vigilantes vieron un camión en uno de los pasillos que no le correspondía, y lo vieron parado, para, a continuación, observar a dos hombres atléticos y vestidos de oscuro, bajando de un contenedor con una bolsa que metieron en el camión.

Ratreo por el recinto portuario

Los vigilantes dieron el aviso a la Guardia Civil del Puerto, que envió de inmediato una patrulla al lugar, lo que permitió detener al camionero tras comprobar que en la cabina llevaba doce bolsas grandes de viaje con pastillas de cocaína, concretamente 357, llegadas ese mismo día a bordo del buque Bomar Calais a València desde el puerto colombiano de Barranquilla, aprovechando un envío de agua mineral.

Instantes antes, los dos rescatadores habían salido corriendo del camión al verse descubiertos y trataron de salir del puerto. Cuando estaban a punto de conseguirlo, los interceptó otra patrulla de la Guardia Civil y a pesar de no llevar indumentaria deportiva, salvo las zapatillas,, trataron de escabullirse argumentando que corrían porque estaban haciendo deporte. Pero no coló: su descripción encajaba con la dada por los vigilantes, así que los detuvieron por un presunto delito de tráfico de drogas.

Los sospechosos, que han estado representados por los letrados penalistas Patricia Cogollos, Miguel Ferrer y María Ibarra Galbis, del despacho valenciano Ferrer-Cogollos, se han acogido a su derecho a no declarar. Los tres fueron trasladados a última hora de la mañana de ayer al juzgado de guardia de València y, finalmente el juez ordenó su encarcelamiento.