El actor Luis Lorenzo se ha reafirmado este jueves en su inocencia y ha asegurando que están tranquilos porque "nadie ha asesinado a Isabel" Asunción, la tía de su mujer y de cuyo homicidio se acusa al matrimonio por presuntamente envenenarla con metales pesados.

El investigado y Arantxa Palomino declararon el pasado martes ante la jueza de Arganda del Rey para explicar las circunstancias que rodearon la muerte de la anciana, a quien se le diagnóstico demencia meses antes de fallecer. Lo hicieron de forma voluntaria después de que la Guardia Civil no hallara cadmio en su vivienda de Rivas.

La pareja fue detenida el pasado mes de mayo por la Guardia Civil a raíz de una denuncia del hermano de la víctima. El denunciante ratificó poco después la acusación contra el actor y su mujer, a quienes culpa del supuesto homicidio de Isabel para hacerse con su herencia esgrimiendo que cuando estaba en Grado (Asturias) no tenía ninguna patología salvo una sordera y cataratas.

"Soy absolutamente inocente", ha clamado el actor en una intervención en Telecinco, donde ha reconocido que "la procesión va por dentro" por el daño que la causa está haciendo a su familia y especialmente a sus hijos.

"Nadie ha matado a Isabel. Te lo juro por mi vida. No he hecho nada", ha subrayado incidiendo en que la Justicia les está investigando por el delito más grave y que lleva aparejadas penas de 20 a 25 años de cárcel.

Ante ello, ha recalcado que están "con la conciencia tranquila" y ha señalado que esperan que en cuanto antes esté sobre la mesa de la jueza el informe final de toxicología que apuntale la teoría de que Isabel falleció por causas naturales post mortem por una redistribución del cadmio al no estar presente en este caso en otros órganos.

Al igual que hizo ante la jueza, el actor ha cargado contra el equipo de investigación de la Comandancia de Tres Cantos al afirmar que considera que "no ha hecho bien su trabajo" aludiendo por ejemplo a las especulaciones en torno a una panera que se incautó en la entrada y registro. Los agentes sospechaban que el polvo que había podría ser cadmio aunque finalmente se comprobó que era harina del pan.

"No hay ni una sola prueba de esos metales pesados en mi casa pero no soy ganador de nada porque ha perdido mi familia. Estamos señalados y gracias a dios cada vez menos. Es una auténtica barbaridad pero estamos amparados por la presunción de inocencia", ha reseñado.

A preguntas sobre los movimientos de dinero de las cuentas de la víctima, ha señalado que había que pagar deudas y dinero que se debía a la cuidadora de la anciana. "Eran gastos para Isabel. Si mi mujer hubiera sabido que iba a morir, se hubiera gastado más en ella porque se lo merecía. La herencia sigue ahí", ha apostillado.