La Guardia Civil ha logrado resolver, ocho años después, el asesinato de un hombre de 70 años en el municipio de Alborea, en Albacete, gracias a la vertiente solidaria de uno de los presuntos homicidas, cuyo ADN pudo ser obtenido y cotejado con las muestras originales gracias a que había donado sangre en València tiempo atrás. Los dos sospechosos, ambos de nacionalidad rumana, han sido detenidos uno en su país de origen y el otro en el Reino Unido.

Tal como ha informado la Guardia Civil, las detenciones han sido posibles después de una larga y laboriosa investigación, la Operación Avalon, que comenzó el 14 de noviembre de 2014, cuando los sobrinos de la víctima, un agricultor de 70 años cuya identidad respondía a las iniciales de J. N. V., alertados porque llevaban días sin saber de él, fueron a casa de su tío y lo encontraron muerto en el suelo de la cocina. La autopsia determinó que había fallecido como consecuencia de los numerosos golpes recibidos en lo que, a todas luces, aparentaba un intento de robo.

Durante el examen necroscópico en el Instituto de Medicina Legal (IML) de Albacete, los forenses encontraron muestras biológicas en las heridas que sin duda alguna pertenecían a uno de los participantes. Meses después, el departamento de Biología del laboratorio central de Criminalística del Instituto Armado halló una coincidencia entre ese perfil y otro aislado en el escenario de otro robo perpetrado en un piso de Teruel, que pertenecía a un hombre que, en ese tiempo, residía en la capital turolense y tenía vínculos en la comarca albaceteña de La Manchuela, en la que precisamente se encuentra Alborea.

2.000 perfiles en redes sociales

Los investigadores del grupo de delitos contra las personas de la Comandancia de Albacete analizaron más de 2.000 perfiles en redes sociales de personas pertenecientes al círculo familiar, laboral y de amistades del sospechoso, lo que redujo a un puñado de candidatos el segundo autor del homicidio del septuagenario. Los agentes identificaron a ese segundo sospechoso poco después, y supieron que estaba viviendo o bien en Rumanía o bien en algún otro punto de Centroeuropa, lo que dificultaba poder obtener su ADN para cotejarlo con el hallado en el escenario del crimen.

Los investigadores abrieron el foco y empezaron a rastrear todo posible movimiento del presunto asesino en territorio español. Tras meses de espera, localizaron un dato crucial: alguien con esa identidad había donado sangre en un banco de València. El juez autorizó la cesión de la muestra que, al ser cotejada con el ADN aislado en el cuerpo de la víctima, dio positivo.

A partir de ahí, el juez de Casas Ibáñez que llevaba el caso dictó una orden europea de detención (OED) contra el sospechoso, lo que hizo posible que la unidad central de fugitivos de la Politia Rumana, alertada por la Embajada de España, diera con el paradero del presunto homicida y lo detuviera. Los investigadores de la Comandancia de Albacete se trasladaron a Bucarest y, una vez concedida la extradición, viajaron de vuelta a España con el arrestado.

Detenido en Gran Bretaña

Las siguientes gestiones no solo corroboraron la presunta participación de ese detenido en el homicidio del vecino de Alborea, sino que sirvieron para obtener nuevos indicios acerca del primero identificado. Así, averiguaron que en ese momento residía en el Reino Unido. Nuevamente el juzgado emitió una orden de detención, pero esta vez internacional y no europea, ya que Gran Bretaña está ya fuera del espacio Schengen, que generó un señalamiento internacional ‘Red notice’ de Interpol, exclusiva para delitos graves.

Con la colaboración de la National Crime Agency (NCA) británica, se dio con el paradero del sospechoso, quien fue apresado y traído a España por agentes de la Interpol.

Los dos detenidos se encuentran ya en la cárcel por orden judicial, lo que ha permitido a la Guardia Civil cerrar con éxito el caso tras una compleja investigación.