Un ciudadano argelino se ha sentado este lunes en el banquillo de la Sección Segunda para responder por los delitos de violencia habitual, lesiones y agresión sexual por el que la Fiscalía solicitaba 18 años de prisión.

Declaración de la víctima

La víctima, que declaró tras un parabán y lloró en varias ocasiones, explicó que su expareja, con la que tenía 2 hijos en común y más de 20 años de relación, limitaba sus movimientos. "No tenía libertad de salir, no podía salir sola ni al Consum, que estaba a 5 minutos de mi casa", señaló. Tampoco podía tener amigas. "Si yo tenía una amistad con una mujer, era lesbiana y si era un hombre, yo lo provocaba. Tenía una vecina que era la única con quien más o menos tenía relación. Controlaba mi móvil, el whatsapp, tenía que borrar las llamadas de mi hermano mayor", apuntó.

Además, señaló, "me insultaba y faltaba el respeto delante de mis hijos. Decía que era una cualquiera. Que era una prostituta que me había recogido de un puticlub, que yo me había ido con turcos, alemanes... que gracias a mí tenía un techo".

Relató que el varón regentaba una pizzería en Castelló, con el contrato y permiso de apertura a su nombre, pero la parte de Hacienda y Seguridad Social estaba a nombre de la mujer, por lo que, dice, ahora acarrea deudas.

Su hijo

Apuntó que en julio del 2020, se inicio una discusión. "Mi hijo estaba en su cuarto. Él me estaba pegando en el salón, empezó a insultarme diciendo que él no prosperaba por mi culpa. Mi hijo vio que él estaba encima mía y me estaba pegando", declaró, añadiendo que entonces su hijo tenía 20 años. Apuntó que él le pegó tortazos, puñetazos y patadas, pero que no fue al médico ni lo denunció porque no podía salir porque fue en el año del covid.

Asimismo, añadió que en noviembre del 2020 estando en la pizzería que regentan en Castelló, también la agredió. "Me agarró, me empezó a golpear, preguntándome quién era yo al firmar y no pedir su autorización", aseguró.

Agresión sexual

Por otra parte, en febrero del 2021 contó que llegó a casa y que tras discutir en el salón fueron al dormitorio de su hija y, al ver que levantaba la voz y los vecinos estaban en la calle, empezó a pegarme y me llevó a mi cuarto. "Me empezó a pegar, a insultarme, a decir que eso es lo que a mí me gustaba. Le dije: Por favor, así no, que yo no había hecho nada. Que no me merecía tanto daño. Que por favor, que parara, que estaba cansada, que no es así como se hacen las paces, pero él siguió, siguió y siguió hasta que terminó; me escupió y dijo que me duchara. Frótate bien, a ver si se te va a quitar. Pero me sigo duchando y no se me quita. No puedo dormir, aún tengo sueños", señaló la acusada.

"Le sigo teniendo miedo"

El 3 de marzo del 2021 --días después de haber puesto fin a la relación-- el procesado fue a casa a coger un colchón y mantas y se inició una discusión por los papeles del coche, en la que él, según declaró, le agredió, por lo que ella llamó a la Policía y la llevaron al hospital. "Le sigo teniendo miedo", dijo.

"Tengo depresión, voy al psicólogo. Tengo que tomar una pastilla y si no la tomo a diario me dan ataques de ansiedad", aseveró.

También relató otras agresiones previas, como una que tuvo cuando estaba embarazada en la que "me dio una paliza y casi pierdo a mi hijo" y otra en la que

Por el estrés del momento

Por su parte, el acusado ha admitido que en julio del 2020 le dio un golpe a su expareja pero que fue producto del estrés del momento, porque ella empezó a agarrarme del cuello y a pegarme" y que estaba "muy arrepentido" y pedía disculpas.

También reconoció que, fruto de una desavenencia por la firma de un contrato, le había pegado con el papel, pero aseguró: "Me arrepiento de corazón".

En cambio, negó haberla obligado a tener sexo con él, asegurando que las relaciones sexuales fueron consentidas totalmente.

El hijo de la pareja

Por su parte, el hijo de la pareja, de 21 años, ha ratificado las agresiones, aseverando que su padre insultaba y menospreciaba a su madre con frases como "puta, no vales para nada", que le controlaba el móvil e incluso tenía que pedirle permiso para ir a comprar y que no le permitía tener amigos e incluso una relación muy limitada con su familia.

Asimismo, ha señalado que cuando tenía 12 años rompió un jarro de cristal a su madre en el brazo. Añadió que en julio del 2021 por una desavenencia sobre la decisión sobre un local, "mi padre se enfadó porque estaba llevándole la contraria, estaba pegando a mi madre y yo me metí en medio para defenderla", indicó. "Cada dos por tres había discusión. No se podía aguantar. Le pegaba cada dos por tres", indicó. Aseveró que las reacciones de su madre eran de defensa para recibir el menor golpe posible.

Forenses

Los forenses declararon que la mujer sufre ansiedad generalizada y depresión, sintomatología que puede casar con la convivencia con el acusado y la exposición sus amenazas y agresiones. No obstante, peritos a petición de la defensa presentaron un contrainforme en el que se apuntaba a la posibilidad de que esta sufriera un trastorno de personalidad paranoide. Esto último fue descartado por los primeros, que matizaron que pese a haberse detectado "rasgos" paranoides de actitud defensiva y alerta pueden llegar a verse puntuaciones altas en test en el caso de mujeres maltratadas.

Denuncia archivada

Tras romper con la madre de sus dos hijos, el acusado se casó en abril del 2021 con otra mujer, quien testificó en el juicio que había visto mensajes de la víctima, que la insultó a ella de manera presencial. Sin embargo, esta mujer, meses después de casarse, el 22 de septiembre del 2022, presentó denuncia por violencia de género contra al acusado y se dictó orden de alejamiento contra él; el juicio se celebró a finales de octubre pero se archivó porque ella no recordaba los hechos.

Conclusiones definitivas

Tras las testificales, la defensa modificó sus conclusiones apuntando a un delito de lesiones y otro de maltrato de obra, por los que pidió 31 días de trabajos en beneficio de la comunidad.

La fiscal relató que la declaración de la presunta víctima había creíble, coherente, persistente y sin contradicciones y que había relatado los hechos de forma precisa. Consideró acreditad