La historia de Claudio Alba, el falso culpable de los crímenes de Joaquín Ferrándiz

El camionero entró en la cárcel acusado de la muerte de las tres prostitutas de Vora Riu

Claudio Alba, falso culpable de la muerte de las tres prostitutas de Vora Riu, junto al camión que conducía.

Claudio Alba, falso culpable de la muerte de las tres prostitutas de Vora Riu, junto al camión que conducía. / Mediterráneo

Era 18 de enero de 1997 y Castellón llevaba ya mucho tiempo en estado de shock. Una tras otra, como en cascada, llegaban noticias de muertes y desapariciones de mujeres jóvenes en la provincia. La última, solo unos meses antes, la de Amelia Sandra García, a la que se había perdido el rastro en la zona de ocio del polígono Los Cipreses de Castelló. Ese día de principios de año la Policía Nacional detuvo a Claudio Alba Hidalgo, un camionero de 51 años al que se acusaba de la muerte de las tres prostitutas halladas en la zona de Vora Riu: Mercedes Vélez, Francisca Salas y Natalia Archelós. Una simple bolsa de plástico fue clave para que se cometiera un error policial de bulto, al señalar a Alba por los asesinatos que poco después se demostraría que eran responsabilidad de Joaquín Ferrándiz Ventura.

Alba, que era natural de un pueblo de Jaén, conocía a las víctimas por frecuentar la zona, entre Vila-real y Almassora, e incluso era amigo de Mercedes, con la que solía cenar. Esto le puso en el radar de la Policía Nacional ya poco después del hallazgo de los tres cadáveres, a principios de 1996. Una vigilancia que lo llevó finalmente a prisión.

Alba fue perseguido durante meses por los medios de comunicación.

Alba fue perseguido durante meses por los medios de comunicación. / Mediterráneo

La bolsa

Los encargados de la investigación solo tenían indicios, como apunta la que fue entonces su abogada, Silvia Vicente. Entre ellos, la bolsa de un supermercado que encontraron en el vehículo del hombre. ¿Qué importancia podía tener un objeto tan ordinario, que se podía encontrar en el maletero de muchas otras personas? Que una bolsa de ese mismo supermercado cubría la cabeza de una de las prostitutas. Con eso, junto a otros indicios menores, entre ellos la declaración de una testigo que luego resultó ser falsa, bastó para encarcelarlo.

Claudi Alba junto a su abogada, Silvia Vicente, en una rueda de prensa celebrada en Castelló.

Claudio Alba junto a su abogada, Silvia Vicente, en una rueda de prensa celebrada en Castelló. / Mediterráneo

El paso del tiempo, ya más de 25 años, no ha atenuado la contundencia con la que ya entonces Silvia Vicente se refería a la investigación. "Lo detienen por la alarma social y porque no tienen a nadie más. Él era inofensivo, nada violento, yo diría que casi sumiso. La Policía Nacional hizo un trabajo nefasto y, de hecho, en la lista de sospechosos que manejaban no estaba Ferrándiz", explica. Un mes después de su detención, en febrero de 1997, un hombre encontró el cuerpo sin vida de Amelia Sandra García en Onda.

Alba pasa cinco meses en prisión provisional "por el retraso en la tramitación del recurso de apelación contra el auto de prisión". "El juez de instrucción me pidió luego disculpas; me dijo que podía haber estado fuera en dos semanas", indica la abogada.

El camionero sale de la cárcel pero lo ha perdido todo. Para empezar su trabajo, ya que sigue imputado y está obligado a comparecer ante el juez cada dos días, lo que hace imposible su rutina laboral. No es hasta octubre de 1998, con la confesión de Ferrándiz, cuando queda definitivamente en libertad sin cargos.

Absolución

"Yo hubiera querido hacerme famoso cantando", dijo entre risas el día que compareció ante la prensa con sus abogados tras conocerse su absolución. La indemnización que percibió, recurrida por la familia de Alba por considerarla insuficiente, fue de unos 40.000 euros.

Alba celebra su exculpación junto a amigos.

Alba celebra su exculpación junto a amigos. / Mediterráneo

Pero el camionero no hace un uso moderado del dinero y lo gasta con amigos y familiares en comidas y fiestas. "Mucha gente se aprovechó de él entonces", sentencia su abogada. Solo dos años después de percibir la indemnización, en noviembre del 2002, se pone el broche triste a esta historia, cuando muere a consecuencia de una infección en la sangre.

Tumba de Claudio Alba en el cementerio de Burriana.

Tumba de Claudio Alba en el cementerio de Burriana. / Mediterraneo