Detenidos 4 posibles sicarios armados cuando esperaban a una mujer en la Vall d'Uixó

Cuatro posibles sicarios, de origen colombiano y español, han sido detenidos en la Vall d’Uixó. Los susodichos viajaban a bordo de un Audi A8 de color negro y estaban realizando una espera desde el día anterior cuando fueron identificados. Al ser cacheados y registrado su vehículo, los agentes encontraron en posesión de uno de ellos una pistola Beretta con cargador extendido, según pudo saber Mediterráneo de fuentes cercanas al caso.

Al parecer, el objetivo de los presuntos sicarios era una mujer --todavía sin identificar--. La misma habría vuelto a nacer tras frustrar la Guardia Civil los planes de los cuatro arrestados.

Como también ha podido confirmar este diario, otro vehículo logró darse a la fuga y escapar de las autoridades, encontrándose al cierre de esta edición en paradero desconocido. Se trata de un Subaru de color blanco a bordo del cual viajaban un hombre y una mujer. Todo apunta a que los fugitivos eran cómplices de los ahora detenidos y huyeron del lugar a toda velocidad al ver caer a sus compinches.

La Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación. Todo parece indicar que el móvil sería un ajuste de cuentas. Sin embargo, no se descarta que el objetivo de los detenidos pudiera ser también lo que se denomina en el argot policial un vuelco de droga. Esto es, cuando los traficantes buscan hacerse con alguna partida de droga que pertenece a otra organización criminal.

El doble crimen de Càlig: una historia de amantes, celos, dinero y sicarios

Si hay un caso con sicarios implicados que recuerda la provincia de Castellón es el que acabó con la vida del vinarocense Juanma Mata y la joven cubana Yalennys Valero en el doble crimen de Càlig del año 2005. El sicario Emilio Pérez Rivera ejecutó de dos tiros en la nuca a las víctimas tras haber sido contratado por el empresario gallego Isauro López, examante de la mujer. El autor material fue condenado en un primer juicio y hubo que esperar casi una década para que el autor intelectual del doble asesinato y un intermediario --el castellonense Antonio Mas Julián-- se sentaran en el banquillo de la Audiencia. 

Finalmente, ambos fueron condenados a 28 y 30 años de prisión, respectivamente, en un complejo caso de violencia machista que la Guardia Civil esclareció de manera impecable.