LAS CÁMARAS LOS GRABAN

Sigue la oleada de robos: Asaltan dos veces el mismo restaurante de Castelló en la última semana

Sustraen 400 euros días atrás y ahora se llevan una tablet y 25 euros en monedas

Vídeo: Nuevo robo en un restaurante de Castelló

RDM

Hikina Poke está ubicado en el número 16 de la calle Trinidad de Castelló. Este restaurante ha sido la última víctima de la oleada de robos registrada en locales de hostelería de la capital de la Plana y ha sufrido nada menos que dos golpes en la última semana.

El último de los casos se ha dado en la madrugada de este miércoles. Los ladrones --al menos, dos, según muestran las cámaras de seguridad-- habrían entrado entre las 1.30 y 3.30 horas. Tal y como ha podido saber este diario, se han apoderado de unos 25 euros en monedad y han sustraído también la tablet con la que el negocio gestiona los pedidos a domicilio.

Hace unos días el bar ya recibió la visita de los ladrones, que sustrajeron más de 400 euros en efectivo.

Efectivos de la Policía Nacional ya han estado en el local de la calle Trinidad, donde se espera en las próximas horas la presencia también de especialistas en delitos contra el patrimonio y Policía Científica.

Imagen de una de las cámaras de seguridad del Hikina Poke.

Imagen de una de las cámaras de seguridad del Hikina Poke. / MEDITERRÁNEO

24h después de otro caso en Vila-real

Este caso se produce tan solo 24 horas después de que un kiosco de la calle Onda de Vila-real fuera también asaltado. En este caso, como ya avanzó ayer Mediterráneo, el caco pudo ser detenido por la Policía Local de Vila-real, que lo sorprendió in fraganti tras su alunizaje. El intruso se dio a la fuga en un coche robado, pero los agentes municipales consiguieron cortarle el paso y detenerlo.

Restaurantes y comercios han sido en los últimos días objetivo de los ladrones en Castelló y Vila-real. Como viene informando Mediterráneo en los últimos días, una banda de aluniceros se ha dedicado a estrellar un vehículo, un Opel Kadett robado, contra una tienda de móviles (dos veces), un restaurante y una gasolinera en Vila-real; mientras que en Castelló se han registrado ataques al bar Bogart, la cafetería Tribeca y el restaurante Martins Grill. En estos últimos casos, los ladrones han empleado una tapa de alcantarilla para fracturar las puertas de entrada y llevarse un escaso botín de las cajas registradoras.

¿Qué es un inhibidor?

En todos estos sucesos llama la atención que la alarma de los negocios no haya saltado y es que, según ha podido saber este diario, los citados ladrones utilizan inhibidores para desactivarlas. Hoy en día estos dispositivos son los grandes enemigos de la seguridad en hogares, empresas y comercios de todo tipo. Estos aparatos se emplean para bloquear las comunicaciones de las alarmas y poder acceder al recinto de manera ilegal sin que las autorizadas reciban la señal.

Si el inhibidor bloquea la señal de la comunicación, la central nunca recibe el aviso y, por lo tanto, no se puede intervenir a tiempo en un robo ni la policía recibe el aviso directo para acudir.

Según explican expertos consultados, el inhibidor puede ser un pequeño dispositivo que pueden llevarse en el bolsillo de una chaqueta y que se activa al acercarse al objetivo de los ladrones. Si tienen éxito, la alarma queda bloqueada en sus comunicaciones y pueden entrar al perímetro sin que salte la alarma.

Por fortuna, lo que sí se activó fueron las cámaras de grabación de varios locales asaltados. En varias de las imágenes se podía apreciar a los asaltantes, manipulando la caja registradora o apoderándose de botellas de alcohol.

Las pruebas recogidas

La Policía Nacional se hizo con esas grabaciones y también ha realizado exhaustivas inspecciones en los establecimientos en busca de algún vestigio que pudiera identificar a los autores, en especial, huellas. Según ha podido saber este periódico, la Policía Científica también recogió rastros de sangre en la tienda de telefonía móvil de Vila-real asaltada en dos ocasiones en solo seis días. Y es que los ladrones, tras realizar el alunizaje, emplearon adoquines para acabar de fracturar el cristal y se hirieron con los restos.

Todos estos casos han desatado la indignación de hosteleros y comerciantes, que piden más vigilancia, habiendo sido algunos de ellos víctimas de varios asaltos con esasos días de diferencia.