EL JUICIO SERÁ EN MAYO EN LA AUDIENCIA

Juzgan el macroalijo de hachís del puerto de Burriana tras ocho años

Dos guardias civiles se enfrentan a cuatro años y medio de cárcel por cómplices de los traficantes

Guardias civiles durante el registro al pesquero donde apareció la droga

Guardias civiles durante el registro al pesquero donde apareció la droga / MEDITERRÁNEO

La Audiencia Provincial de Castellón juzgará los próximos días 2, 3 y 5 de mayo el caso del macroalijo de hachís incautado en el puerto de Burriana en junio del 2015, hace casi ocho años. Cabe recordar que entre los nueve detenidos había dos guardias civiles, integrantes ambos de la patrulla fiscal de la compañía de Burriana, que tenían acceso a distintas zonas de las instalaciones por su condición de agentes y que, supuestamente, eran cómplices de los traficantes.

La Fiscalía pide cinco años y nueve meses de cárcel para los dos miembros de la Benemérita por los delitos de tráfico de drogas encantidad de notoria importancia y cometido por un funcionario público en el ejercicio de sus funciones, así como también por pertenencia a grupo criminal. El resto de los procesados se enfrentan a penas que oscilan entre los cuatro años y nueve meses y los cinco años y seis meses de prisión.

Los hechos

Mediterráneo adelantó en exclusiva en su día el descubrimiento de los 70 fardos de droga en un barco pesquero atracado en Burriana. Según el escrito de acusación del Ministerio Público, los acusados idearon un plan cuyo objetivo era la adquisición del hachís para después distribuirlo a terceros. Los miembros de esta banda criminal tenían funciones diversas: unos se encargaban de poner al servicio de los líderes del entramado la embarcación para transportar la droga, mientras otros tripulaban la nave o, en el caso de los guardias, intentaban dificultar la acción policial.

El 17 de junio del 2015 se facilitaron las coordenadas para ir a cargar la droga desde otra embarcación semirrígida y el pesquero Tere Mari atracó en el muelle, en la zona conocida como de la morralla. No obstante, el desembarco de la droga no pudo hacerse como estaba previsto y es que el pesquero con los fardos fue perseguido durante dos horas por otra embarcación, cuyo patrón pretendía comprobar la carga del pesquero. Este hecho ya fue desvelado por este diario, que publicó el decisivo papel de un patrón de Burriana al creer que los traficantes que llevaban la droga le habían robando pulpos de sus cadufos. Durante la instrucción, reveló ante el juez que sospechó que el Tere Mari iba a quedarse con sus octópodos al acercarse a la zona en la que, recientemente, había instalado sus polperes, tras sufrir diversos robos. Por ello, arrancó su barca de pesca y la emprendió a golpes con el Tere Mari, arrinconándolo hacia el puerto de Burriana para comprobar si sus conjeturas eran ciertas. Una vez logró retener a la otra embarcación, saltó a ella, junto a uno de sus marineros, e increpó a los dos traficantes que custodiaban el alijo. Se acercó a las lonas que cubrían los 70 fardos y, al destaparlas, descubrió que no eran pulpos robados lo que transportaban, sino droga.

El juicio comenzará el día 2 con la declaración de los procesados y está previsto que se alargue durante tres jornadas con testificales y periciales.