NUEVA SENTENCIA

Rebajan la pena a un pederasta de Castelló por el ‘solo sí es sí’

Cumplirá diez años y medio por abuso continuado a la hija menor de su vecina

Imagen del condenado, sentado en el banquillo de los acusados durante su juicio, en el 2020.

Imagen del condenado, sentado en el banquillo de los acusados durante su juicio, en el 2020. / MEDITERRÁNEO

La ley orgánica 10/2022, más conocida como ley del solo sí es sí, ha permitido rebajar la condena de prisión impuesta a un vecino de Castelló por un delito continuado de abuso sexual a una menor. La Audiencia Provincial sentenció a 11 años de cárcel al hombre, de 70 años, por los hechos cometidos contra una niña de tan solo ocho, hija de una vecina, entre los años 2016 y 2017. El Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana confirmó la sentencia dictada por el máximo órgano provincial, pero el Tribunal Supremo ha estimado ahora parcialmente el recurso de casación interpuesto por la defensa, en base a la entrada en vigor de la reforma de los delitos sexuales, y ha rebajado en seis meses la pena de cárcel.

La justicia mantiene los nueve años posteriores de libertad vigilada para el pederasta, así como la orden de alejamiento que le impide acercarse a menos de 200 metros de la víctima.

Él negó los hechos

El condenado negó los hechos durante el juicio que se celebró contra él a finales del mes de noviembre del 2020 en la Ciudad de la Justicia de Castellón, pero el tribunal consideró verosímil el relato de la niña, así como el de resto de testigos. Los hechos sucedieron entre 2016 y 2017. Aprovechándose de la relación de amistad con la madre de la menor por vivir en la misma plaza que ella, habitualmente invitaba a su casa a los hijos de esta, que tenían ocho y nueve años. Según declaró probado el tribunal de la Sección Primera en la sentencia a la que ha tuvo acceso Mediterráneo, el adulto intentaba que el niño se marchara del inmueble para quedarse a solas con la pequeña.

Con ánimo libidinoso, le daba besos en la boca, se quedaba en calzoncillos delante de ella y le quitaba a la niña también los pantalones. Según consideran acreditado los magistrados, cogía a la víctima, se la ponía encima y hacía movimientos con evidente ánimo sexual. Asimismo, realizaba tocamientos a la menor, quien le pedía que parara.

A consecuencia de estos hechos, la afectada sufrió afección psicológica y emocional, con ansiedad, miedos y perspectivas negativas. Asimismo, la exploración médica realizada a la niña reveló lesiones en los genitales compatibles con los hechos descritos.

Lo que dijo la niña

«Me subía encima de él, me hacía cosas malas y tenía mucho miedo», declaró la niña, afirmando que eso ocurrió «tres o cuatro veces», declaró la víctima en su comparecencia en el juicio.

La madre de la pequeña, que fue citada también como testigo relató ante el tribunal que la relación con su vecino era casi «de familia» y que él era como una especie de abuelo para sus hijos. «Tenía mucha confianza en él, y por eso dejaba a los niños», apuntó.