Investigación
El matrimonio (ya en prisión) que tuvo cuatro años encerrados a sus hijos en Oviedo compraba montones de medicinas por internet para tratarles contra el TDA
El atestado policial recoge que los pequeños "andaban encorvados y con miedo" y que "estaban sorprendidos por lo que iban observando" desde el coche

El matrimonio que encerró a sus tres hijos en Oviedo durante años acumulaba basura y medicamentos: "La situación sorprendió a los agentes" / Amor Domínguez
Félix Vallina
Uno de los detalles que llamó la atención de los agentes de la Policía Local el día que entraron por primera vez en el chalé de Oviedo en el que permanecían encerrados tres niños bajo custodia de sus padres desde hacía cuatro años fue el desmesurado "almacenamiento de medicamentos". Ante ese hecho, los investigadores preguntaron a los adultos que si sus hijos –dos gemelos de ocho años y un tercero, tambien varón, de diez– estaban siendo sometidos a algún tipo de tratamiento. La respuesta de la pareja, un alemán de 53 años y una mujer estadounidense de 48 con nacionalidad alemana, sobrecogió a los agentes. Según se recoge en un atestado policial al que ha tenido acceso este diario, el matrimonio contestó "que sí, que les daban medicación para el TDA (Trastorno por Déficit de Atención) comprando las medicinas a través de internet".
La madre no paraba de repetir a los policías que los tres niños tenían "graves patologías" y que por eso llevaban puestas hasta tres mascarillas, colocadas una sobre otra. La única condición que puso el matrimonio para permitir la entrada en la casa a los agentes fue que también se pusiesen protección y que guardasen las distancias para que su presencia no afectase a la salud de sus hijos. Los investigadores pidieron a los padres informes que demostrase que los pequeños habían sido diagnosticados de TDA o alguna otra enfermedad, pero no encontraron respuesta convincente. "Aportan una serie de documentación que, según traduce la intérprete, nada tiene que ver con las patologías que menciona, constatando que el último contacto que los menores con los servicios médicos es de 2019", recoge el atestado policial.
En ese documento se refleja además que la madre dijo a los agentes "de manera espontánea" que "tiene la misma opinión que su marido y que no quiere que sus hijos salgan de casa". También se refleja en el atestado policial que "desde el covid fueron asumiendo que no podían salir de casa" –el hombre es el único que fue visto alguna vez por los vecinos fuera de la vivienda– y que "con el paso del tiempo, en palabras de la traductora, ‘como había crecido la bola’, no supieron pararla". En el atestado los agentes describen cómo se encontraron a los niños cuando accedieron a la casa. "Andaban encorvados y con miedo".
Por otro lado, la mujer reconoció ante los investigadores que, cuando vivían en Alemania, había preguntado en el colegio de los pequeños "que si podían realizar la docencia desde casa debido a los problemas médicos que tienen". Le indicaron que no era posible, "que si no los podía llevar al colegio tendrían que pasar a ser tutelados por el Estado", recoge literalmente el atestado policial. Aunque las investigaciones siguen en marcha y aún hay mucho que aclarar sobre el caso, el hecho de que los padres fuesen advertidos de las consecuencias que tiene no llevar a los niños al colegio podría haber sido uno de los motivos que los hizo "huir" a España e instalarse en la zona rural de Oviedo.
Suciedad extrema
Los siete policías que accedieron el primer día a la casa de Fitoria –acompañados por personal de los Servicios Sociales del Principado, por una traductora y por la Letrada del Menor– reflejan en el atestado detalles sobre el escenario en el que los pequeños permanecían encerrados. "Desde la misma entrada se comprueba que la vivienda no reúne las mínimas condiciones de salubridad. Está llena de excrementos de gato, que se encuentra sin registrar, sin chip y en un estado de abandono", recoge el informe. "Hay basura debajo de las camas, por todos los sitios, pañales, un hecho que llamó mucho la atención del agente, ya que los niños de ocho años los llevaban puestos", añade el atestado.
Los tres niños, según se desprende de las investigaciones, no habían pisado ni siquiera el jardín de la casa. "Estaban ajenos a todo contacto con la realidad. Uno de ellos tocaba la hierba sorprendido. En cuanto los sacamos, se pusieron a respirar profundamente como si nunca hubiesen estado al aire libre", asegura uno de los investigadores que participó en la operación. El atestado policial va más allá. "Cuando se desplazaron en el vehículo (policial) estaban sorprendidos por todo lo que iban observando".
Asturias dice que a los menores "se les dará el mayor bienestar"
La consejera de Derechos Sociales y Bienestar, Marta del Arco, aseguró ayer que la dirección general de Infancia y Familias ha asumido la custodia de los tres menores que llevaban cuatro años encerrados por sus padres en una vivienda de Fitoria. Los niños se encuentran "en régimen de acogimiento residencial" en un centro dependiente de la consejería, donde, según Del Arco, "se les está garantizando su mayor bienestar".
La consejera sostiene que es "es muy pronto" para valorar el alcance de las secuelas que les puedan quedar a los pequeños, ya que se encuentran "en un proceso de valoración inicial en los ámbitos físico, psicológico, social y relacional, para determinar las posibles consecuencias de la situación vivida".
Del Arco destaca la importancia del trabajo realizado por los agentes de la Policía Local de Oviedo para destapar este caso. "Después de todos los esfuerzos realizados para visibilizar la violencia contra la infancia, tanto por acción como por omisión, ha sido posible identificar la situación de estos tres niños y ofrecerles las experiencias de vida que merecen, como el resto de menores de nuestro país", dijo ayer la consejera.
Marta del Arco también habló del futuro a corto plazo de los niños y explicó que "los próximos pasos" serán darles "un tiempo de adaptación en el centro" antes de realizar una valoración más exhaustiva sobre los posibles efectos de la "situación de desprotección sufrida". La operación comenzó el pasado 14 de abril a raíz de la llamada de una vecina, que alertó al servicio de Familia e Infancia del Ayuntamiento de Oviedo de una situación que le pareció "sospechosa". La mujer dijo que estaba casi segura de que en la casa vivían niños porque a veces escuchaba voces y los había visto por las ventanas, pero que nunca salían al exterior y que, por lo tanto, no iban al colegio. Eso le sirvió a la Policía Local para tirar del hilo y llegar hasta el final.
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