El TAU Castelló tuvo que luchar contra viento y marea para llevarse la victoria ante un Bàsquet Girona que visitaba el Ciutat de Castelló con un dos de dos en su casillero. Los castellonenses consiguieron remontar (72-67), a base de intensidad y espíritu, un partido que se les puso cuesta arriba por el acierto del conjunto catalán y por una polémica expulsión a Óscar Alvarado por doble falta técnica. Joan Faner volvió a la pista recuperado de su lesión, mientras que Edu Durán vio el partido desde el banquillo a la espera de los resultados definitivos.
El TAU Castelló comenzaba el encuentro con malas sensaciones en el apartado defensivo, aunque el equipo lo resistía gracias a un buen arranque anotador, de nuevo, del americano Eric Stutz. El Bàsquet Girona lograba romper con facilidad la defensa azulejera a base de bloqueos interiores que le permitían encontrar penetraciones casi sin oposición, lo que impedía a los castellonenses separarse en el marcador.
Entre el final del primer período y el inicio del segundo Toni Ten encontró la forma de frenar el agujero en la zona castellonense con la pareja formada por Jorge Bilbao y Kai Edwards. El pívot holandés jugó sus mejores minutos de la temporada aportando intensidad en defensa y muchas opciones ofensivas a partir del 'pick&roll'. Aún así no sería suficiente para marcharse al vestuario por delante: Albert Sabat anotó cuatro triples, todos ellos punteados, y el conjunto catalán terminaría la primera mitad con seis puntos de ventaja y la sensación de estar dominando el juego (36-42).
En la segunda mitad se viviría un partido muy diferente: el TAU irrumpió en el encuentro bajo la dirección de Alvarado; hasta que se marchó expulsado por una falta técnica muy polémica por gesticular. Sin embargo, el equipo de Toni Ten lejos de desconcentrarse por las cuestionables decisiones arbitrales se creció, contagiado por el ambiente de un Ciutat de Castelló que vibró como en los play-offs del pasado curso.
Carles Marco intentó contener el espíritu azulejero alineando juntos a Josep Franch y Albert Sabat, los dos bases y jugadores referencia del conjunto visitante. No sería suficiente, Toni Ten utilizó uno de sus quintetos más físicos y, con Joel Sabaté a los mandos del equipo, David Höök demostrando su potencial defensivo y Jorge Bilbao luchando como un auténtico guerrero, el TAU impuso su ritmo en el partido.
El Bàsquet Girona sobrevivía, pero las sensaciones eran de superioridad, sobre todo en lo que a intensidad se refiere, del conjunto blanquiverde. Sabaté y Bilbao levantaron a todo el pabellón con su incontenible esfuerzo y su constante lucha por capturar hasta el último balón y establecer un juego rápido para anotar al contraataque o con situaciones rápidas. Sería el canterano de Benicarló, Joel Sabaté, el que acabaría transformado en héroe del encuentro, dirigiendo con mucha personalidad al equipo en los momentos más complicados del encuentro y anotando los dos tiros libres que decidirían un partido que acabó con tintes de batalla.
