Totalmente definida la LEB Oro cara a la temporada 2022/2023, después de que el Girona de Marc Gasol se hiciera con la última plaza de ascenso y, de paso, condenara al Movistar Estudiantes a repetir curso, el primer análisis es que se presenta un desafío mayúsculo para el TAU Castelló... y para Juan Antonio Orenga, el mediático entrenador que toma el testigo de Toni Ten. Un primer análisis lleva a la conclusión, desde cualquier estamento consultado, de que estamos ante la segunda división del baloncesto español más competitiva, incrementando notablemente su nivel.
En primer lugar, por los que bajan. El Hereda San Pablo Burgos fue campeón de la Champions League (la juegan aquellos que no disputan la Euroliga) en 2020 y 2021, vencedor de la Copa Intercontinental hace poco más de un año... pero bajó. Lo mismo que el MoraBanc Andorra, que, a principios de mayo, se quedó a las puertas de la final de la EuroCup. Dos equipos que se unen al Movistar Estudiantes en cuanto a presupuesto, base y mucho más, lo que encarecerá más tanto la única plaza de ascenso directo en LEB Oro en la próxima campaña como las primeras posiciones de los play-off.
Plazas potentes
La eliminación, en 2017, de los inasequibles requisitos económicos de la ACB para aquellos equipos que, deportivamente, conseguían el salto a la élite pero que, poco después, se veían condenados a seguir en LEB Oro, ha ido subiendo el listón de la categoría, con lo que hay clubs que vuelven a apostar con fuerza. Ahí encontramos una serie de proyectos muy sólidos que ya conocen lo que es militar en la élite, como Lleida (ha estado cerca de volver este año), San Sebastián (con el GBC Gipuzkoa), Cáceres, Valladolid o Alicante, llamados a estar en ese segundo escalón.
Como ven, la lista de candidatos a los play-off de ascenso va a estar cara. Y eso que no se incluyen al Leyma Coruña, Melilla Sport Capital o Zunder Palencia, considerados también de la clase noble. Y vuelve, desde abajo, el Ourense.
Y el TAU, ¿qué? Después de quedarse fuera de la pelea por subir con una canasta en el último suspiro de la prórroga en la jornada final, ha pasado página. El equipo cambiará, no solo por el sonado relevo en el banquillo, sino porque, a día de hoy, solo cuatro jugadores tienen garantizada su continuidad. El Amics del Bàsquet quiere continuar creciendo, pero la competencia es cada vez mayor y, sobre el papel, va a tener que luchar contra auténticos titanes.
A vueltas con el presupuesto
El Amics del Bàsquet ha convocado a sus socios para la asamblea general ordinaria del club que tendrá lugar, en la sala de prensa del pabellón Ciutat de Castelló, el próximo 11 de julio (19.30 horas en primera convocatoria y 30 minutos después en la segunda). Ahí presentará los resultados de esta última temporada y avanzará el presupuesto para el ejercicio venidero.
Según reconoció su presidente, Luis García, en la presentación de Juan Antonio Orenga como nuevo entrenador, en la sede de TAU Castelló en Onda (el grupo Pamesa, a través de esta firma, seguirá respaldando económicamente el proyecto en LEB Oro), la apuesta, como mínimo, se mantiene. El club ha contado, en las tres últimas temporadas, con un presupuesto muy estable en torno a los 900.000 euros, de los que cerca del 50% procede de Pamesa y el Villarreal CF.
Estará a años luz de los 3,8 millones anunciados por el MoraBanc Andorra, mientras que el otro equipo que ha descendido, el Hereda San Pablo Burgos, contará con una ayuda solo del Ayuntamiento de 500.000 euros. El Cáceres tendrá un nuevo patrocinador que pone 200.000 euros; Valladolid y Gipuzkoa incrementarán entre un 30% y un 40% sus respectivos presupuestos para superar el millón de euros, cifras en las que se maneja el Leyma Coruña y por detrás del 1,5 millones del Estudiantes...
