Este viernes (21.00 horas), el Ciutat de Castelló acoge un TAU Castelló-Cáceres Patrimonio de la Humanidad, duelo entre equipos necesitados en busca de un triunfo con el que encarar con más tranquilidad el parón en LEB Oro también por las ventanas FIBA de las selecciones. El cuadro azulejero (2-3, con la derrota esperada ante el MoraBanc Andorra, pero las menos frente a los recién ascendidos Ourense y Albacete), además, tendrá un regreso mayúsculo, al visitar, en un par de semanas, al Zunder Palencia, único equipo invicto hasta el momento.
Con todo, Juan Antonio Orenga ya tiene suficiente para pensar solamente en este compromiso, al que llega sin el alero Jalen Nesbitt (lesionado para un tiempo), así como con las incógnitas de Joel Sabaté (molestias en un pie) y David Höök (con la espalda lastimada). Circunstancias que obligarán a los locales a reorientar su baloncesto, al carecer de aleros altos: así, o tendrá que jugar con tres pequeños, o bien desplazar a un ala-pívot al puesto de 3.
«Estamos cortos de efectivos, como desde la pretemporada», admite Juan Antonio Orenga. «Nos faltan jugadores importantes y lo notaremos, aunque intentaremos suplirles con los demás», añadía rápidamente el entrenador del TAU y exjugador del Cáceres más de dos décadas atrás, que espera «más intensidad» en los suyos desde el principio, para impedir que suceda lo de los dos últimos encuentros (Cantabria y Albacete): «No podemos tener esos altibajos, no podemos empezar 10 o 12 puntos por debajo, porque no siempre vamos a poder remontar».
Así llega el rival
El Cáceres, otro clásico de la categoría, viene en una situación todavía más apurada (solamente un triunfo). Su mayor peligro es la dirección del veteranísimo (38 años) base Dani Pope Rodríguez, que marca el tempo de los encuentros del conjunto dirigido por Roberto Blanco, que no dispone de Carlos Toledo.