Según investigadores de la Universidad de Adelaida, el hombre de Denísova se encontró con los humanos modernos en la región de Asia y Oceanía hace alrededor de 50 ó 60 mil años. Confirmaron que no hubo otras mezclas con humanos primitivos en esa ocasión, en un hallazgo que podría arrojar luz sobre los misteriosos denisovanos y sobre los orígenes más profundos de la humanidad.

Los denisovanos son una especie o subespecie del género Homo, identificada a través del análisis del ADN de restos óseos descubiertos en 2010. A diferencia de nuestros otros primos, los neandertales, que tienen un extenso registro fósil en Europa, los denisovanos se conocen casi únicamente por el registro de ADN.

La evidencia de la existencia del hombre de Denísova incluye un hueso de un dedo y algunos otros fragmentos encontrados en una cueva en Siberia y, más recientemente, un trozo de mandíbula hallado en la meseta tibetana. Pero todo indica que sus vestigios podrían ser mucho más significativos y abundantes.

Ahora, el nuevo estudio demuestra que los niveles de ADN denisovano en las poblaciones contemporáneas confirman que se produjo un cruce significativo con el hombre actual en la región entre Asia continental y Australia. De acuerdo a una nota de prensa, la investigación corrobora que los denisovanos vivieron en la zona del sudeste asiático y que los humanos modernos no se cruzaron con otros homínidos en la región.

Sobreviviendo en los genes

Los investigadores examinaron los genomas de más de 400 humanos modernos, para contar con la información necesaria en la búsqueda de posibles encuentros entre poblaciones humanas primitivas y el hombre contemporáneo, al momento de su arribo a la zona del sudeste asiático.

Según destacaron los científicos en su estudio, publicado en la revista Nature Ecology and Evolution, el área estudiada cuenta con uno de los registros fósiles más ricos que pueden hallarse en el planeta: dispone de datos y materiales de al menos 1,6 millones de años de antigüedad, capaces de arrojar luz sobre la evolución humana y su desarrollo en el transcurso del tiempo.

Pero lo más llamativo es que aunque los restos fósiles de denisovanos se han hallado únicamente a miles de kilómetros de distancia del sur de Asia y de Oceanía, en las mencionadas cuevas en Siberia y la meseta tibetana, el ADN de la población del sudeste asiático posee una inocultable esencia denisovana. ¿Qué más podría descubrirse además de la confirmación del cruce entre esta misteriosa especie y el hombre moderno?

Desenterrar el pasado

Para los especialistas, podrían existir fósiles del hombre de Denísova esperando ser desenterrados en la región del sudeste asiático, o incluso han arriesgado que es posible que los descubrimientos ya se hayan concretado, pero que los restos fueron catalogados erróneamente debido al desconocimiento sobre los denisovanos.

¿Es esto posible? Hay que tener en cuenta que actualmente existen en esa zona tres especies de humanos antiguos que han podido ser reconocidas por sus restos fósiles: el Homo erectus, el Homo floresiensis y el Homo luzonensis. De acuerdo a las fechas de su desaparición, las mismas han podido convivir con el Homo sapiens al comienzo de su llegada a la región, en el mismo momento en que se habría producido el cruce con el hombre de Denísova.

En consecuencia, es probable que la falta de información precisa sobre las características de los denisovanos haya permitido su confusión con los restos de otras especies. Existen datos muy sugerentes, ya que por ejemplo se encontraron recientemente en Australia, en el área de Madjebebe, una serie de artefactos creados hace 65.000 años que se atribuyen a los humanos contemporáneos.

¿Se acerca quizás un nuevo descubrimiento que podría marcar un cambio importante en nuestra comprensión del pasado humano?

Referencia

Widespread Denisovan ancestry in Island Southeast Asia but no evidence of substantial super-archaic hominin admixture. Teixeira, J.C., Jacobs, G.S., Stringer, C. et al. Nature Ecology & Evolution (2021).DOI:https://doi.org/10.1038/s41559-021-01408-0

Foto de portada:

Réplica del cráneo del Homo erectus de Java. Crédito: Trustees of Natural History Museum.

Video y podcast: editados por Pablo Javier Piacente en base a elementos y fuentes libres de derechos de autor.