Un nuevo estudio desarrollado en la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología concluye que los celos se experimentan con notables diferencias de acuerdo al sexo. Los hombres se ven más afectados cuando se produce un engaño de tipo sexual, mientras que las mujeres sufren más intensamente frente a un engaño que insume una relación sentimental. Además, los celos parecen no tener edad: comienzan desde antes de los 16 años.

Los celos no son iguales en hombres y mujeres. Ellos experimentan celos más intensos cuando su pareja femenina se involucra sexualmente con otro hombre, pero reducen sus celos si la mujer se relaciona solamente de forma afectiva o sentimental con alguien del sexo masculino. En las mujeres, las reacciones son completamente diferentes: los celos son más profundos cuando el hombre mantiene una relación amorosa con otra mujer, pero disminuyen si el engaño es únicamente de carácter sexual. ¿Por qué se produce este comportamiento?

Los investigadores analizaron las causas de este fenómeno, que están relacionadas con comportamientos heredados genéticamente, según una nota de prensa. Además, los especialistas descubrieron que estas diferencias se hacen evidentes incluso antes de los 16 años de edad. Los resultados indican que los celos podrían funcionar como una preparación para las experiencias de la vida adulta.

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Herencias culturales

De acuerdo a los resultados de esta investigación, publicada en la revista Scientific Reports, las actitudes que toman mayoritariamente hombres y mujeres con respecto a los celos tienen su origen en comportamientos que se heredan de generación en generación, y que sobreviven incluso a los avances socioculturales o a los cambios impulsados por la imprescindible adaptación a una realidad vertiginosa y en constante movimiento.

Por ejemplo, el hombre siente más los celos cuando el engaño de la mujer es de carácter sexual por un miedo atávico: tener que sostener una familia con hijos ajenos. Sin embargo, cuando la mujer se involucra únicamente de manera afectiva existen más posibilidades de superar la situación y perdonar.

En el caso de la mujer, entra en juego otro miedo ancestral: quedar sola y desamparada, incluso con hijos de por medio, sufriendo carencias económicas y sintiendo el escarnio social. Es evidente que cuando el hombre se involucra más allá de lo sexual es más probable que abandone a su pareja actual que en el marco de un engaño meramente pasajero y sexual.

A temprana edad

Pero los detalles llamativos en cuanto a los celos no concluyen allí. Los especialistas noruegos descubrieron además que comienzan a experimentarse mucho antes de lo pensado hasta hoy. Incluso antes de los 16 años de edad, los adolescentes los sienten como una suerte de ensayo para las experiencias de la vida adulta. En definitiva, los celos no son más que una actitud de defensa frente a una amenaza concreta: la pérdida del ser amado.

Luego de analizar los casos de casi 1.300 adolescentes de 16 a 19 años, los científicos se asombraron al observar que las diferencias de género en cuanto a la forma de procesar los celos se mantienen sin importar la edad. Incluso cuando los jóvenes no han registrado su debut sexual o no mantienen una relación estable, manifiestan los mismos parámetros observados en los adultos.

Esto demuestra claramente el peso de los condicionamientos sociales y de los factores heredados, que se transmiten entre las generaciones y moldean el universo sociocultural.

Referencia

Investigating the emergence of sex differences in jealousy responses in a large community sample from an evolutionary perspective. Helge H. Larsen, Mons Bendixen, Trond Viggo Grøntvedt, Andrea M. Kessler and Leif Edward Ottesen Kennair. Scientific Reports (2021).DOI:https://doi.org/10.1038/s41598-021-85997-7

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