Investigadores del Instituto Max Planck de Ornitología han comprobado que el ruido del tráfico urbano es especialmente nocivo para las aves: provoca inconvenientes en el aprendizaje del canto y reduce la actividad del sistema inmunológico, debido al aumento del estrés. Las consecuencias son similares a las que se aprecian en los niños.

Según el nuevo estudio, los efectos del ruido son ampliamente perjudiciales en las aves, debido a su potencial para interferir con el aprendizaje en una etapa crucial del desarrollo. De acuerdo a lo indicado en una nota de prensa, la supresión de la función inmunológica expone a las aves a más enfermedades. La investigación entrega información de gran valor sobre los efectos del ruido del tráfico urbano y fue recientemente publicada en la revista Scientific Advances.

Los especialistas explicaron que el canto de las aves es el modelo animal de mayor trascendencia para el aprendizaje vocal y el desarrollo del habla en el ser humano. Teniendo en cuenta esa relación, comprender el impacto en las aves facilita el estudio en los niños humanos, ya que la contaminación acústica se ha relacionado con deficiencias en el aprendizaje y el lenguaje durante los primeros años de la vida, entre muchas otras consecuencias.

Por ejemplo, otra reciente investigación realizada en el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) de España concluye que el ruido del tráfico urbano incrementa considerablemente el factor de riesgo ligado a distintas patologías psicosociales como la ansiedad y la depresión. Incluso, en ese estudio relacionan al ruido urbano con una mayor incidencia de suicidios.

Tema relacionado: El ruido del tráfico, los trenes y los aviones está relacionado con la obesidad.

El impacto en las aves como modelo

Sin embargo, para comprender en profundidad los mecanismos que conectan al ruido con distintas deficiencias cognitivas en el ser humano, es imprescindible hallar modelos experimentales: el análisis del canto de los pinzones cebra podría ser uno de ellos, en función de las similitudes con el impacto en los niños humanos remarcadas anteriormente.

Para arribar a las conclusiones indicadas, los científicos criaron pinzones cebra en dos grupos diferentes, uno de los cuales fue expuesto al ruido del tráfico urbano. El aprendizaje del canto es vital para estas aves en sus primeros días de vida: recién a los tres meses logran estabilizar y regularizar sus cantos. Fue en ese período crucial de su crecimiento cuando recibieron el impacto del ruido urbano.

Durante el experimento, los expertos compararon los cantos de las aves y analizaron el proceso de aprendizaje. También midieron las respuestas del sistema inmunológico en los dos grupos de aves. Los resultados fueron concluyentes: los pájaros expuestos al ruido del tráfico urbano mostraron diferentes problemas para aprender los cantos y, al mismo tiempo, presentaron deficiencias en su respuesta inmunitaria. Ambos inconvenientes no se apreciaron en el grupo que no fue expuesto al ruido.

Según los científicos, los pinzones cebra son especialmente sensibles al ruido del tráfico urbano en ese momento clave de su desarrollo, al igual que sucede en los primeros años de vida del ser humano. En consecuencia, el canto de las aves podría convertirse en un paradigma experimental para estudios futuros sobre las deficiencias cognitivas y del desarrollo en el ser humano relacionadas con el ruido urbano.

Referencia

Traffic noise disrupts vocal development and suppresses immune function. Henrik Brumm, Wolfgang Goymann, Sébastien Derégnaucourt, Nicole Geberzahn and Sue Anne Zollinger. Scientific Advances (2021).DOI:https://doi.org/10.1126/sciadv.abe2405

Foto:

El ruido del tráfico urbano provoca deficiencias en el aprendizaje del canto en los pinzones cebra jóvenes, que también sufren de una función inmunológica suprimida debido al estrés crónico, exponiéndolos a diferentes enfermedades. Crédito: Sue Anne Zollinger.