La misión Juno de la NASA ha logrado revelar los sonidos que emite Ganímedes, una de las lunas de Júpiter: los científicos pudieron “traducir” mediante un instrumento especializado la electricidad y las ondas de radio magnéticas producidas en la magnetosfera de Júpiter y de Ganímedes.

Científicos de la misión Juno de la NASA dieron a conocer en un reciente evento de la Unión Geofísica Estadounidense una pista de audio generada a partir de los datos recopilados durante el sobrevuelo cercano de la misión a Ganímedes, en junio de este año. De esta forma, pudieron revelar los sonidos de la luna del gigante gaseoso, sintonizando a través de un instrumento especializado con las emanaciones producidas en el campo magnético de Júpiter y su satélite.

De acuerdo a una nota de prensa, la “banda sonora” de la luna joviana incluye un violento cambio de frecuencia sobre la mitad de la pista de audio, que marca el paso del lado nocturno al lado diurno de Ganímedes y deja en claro las diferencias de los campos magnéticos en ambos sectores. Además de identificar la “música” de Ganímedes, también pudieron elaborar el mapa más detallado obtenido hasta el momento del campo magnético de Júpiter.

Un acercamiento cercano y revelador

En el momento del acercamiento más cercano de Juno a Ganímedes, la nave espacial se encontraba a 1.038 kilómetros de la superficie de la luna y viajaba a una velocidad relativa de 67.000 kilómetros por hora. Vale recordar que Juno es una sonda espacial dedicada al estudio del planeta Júpiter y su entorno, lanzada por la NASA en 2011.

En tanto, Ganímedes es el satélite natural más grande de Júpiter y de todo el Sistema Solar. Destaca también por ser el único que tiene campo magnético: según los astrónomos, su escasa fuerza se debería a que estaría “eclipsado” por el potente campo magnético de Júpiter. Ganímedes posee una delgada atmósfera compuesta por ozono, oxígeno atómico y molecular.

En cuanto a los datos obtenidos en el sobrevuelo, los científicos resaltaron que el cambio abrupto a frecuencias más altas alrededor del punto medio de la grabación representa la entrada a una región diferente en la magnetosfera de Ganímedes: estos datos están siendo analizados al detalle porque podrían mostrar evidencias sobre el comportamiento de la magnetosfera del satélite y su relación con el campo magnético del planeta que orbita.

La Gran Mancha Azul y el impacto de los vientos zonales

Por otra parte, los astrónomos destacaron la producción del mapa con el mayor nivel de detalle que se ha logrado hasta hoy del campo magnético de Júpiter, a partir de datos recopilados de 32 órbitas durante la misión principal de Juno. Entre los diferentes avances que permitirá concretar, el mapa brinda nuevos conocimientos sobre la misteriosa Gran Mancha Azul del gigante gaseoso.

Esta enigmática mancha estaría originada en una anomalía magnética producida en el ecuador del planeta. Según los datos obtenidos por la sonda, se ha producido un cambio en el campo magnético de Júpiter en los últimos años: la Gran Mancha Azul se está desplazando hacia el este a una velocidad aproximada de 4 centímetros por segundo, en un fenómeno que intriga a los astrónomos.

Otro aspecto vital que revela el nuevo mapa es que los vientos zonales de Júpiter, intensas corrientes que corren de este a oeste y de oeste a este y “dibujan” sus típicas “bandas”, están separando a la Gran Mancha Azul. Los especialistas creen que este fenómeno estaría indicando que los vientos zonales que se han podido medir en la superficie del planeta penetran también con gran profundidad en su interior, cambiando abruptamente sus condiciones meteorológicas y su paisaje.

Vórtices eternos

Por último, los científicos descubrieron gracias al nuevo mapa características únicas de las turbulencias que se forman alrededor de los ciclones jovianos, generando extraños vórtices. Todo indica que la configuración geométrica básica de Júpiter permite que se formen estas intrigantes estructuras y permanezcan eternamente, conformando un “sello visual” del planeta.

Según los científicos, la dinámica de la atmósfera joviana podría permitir comprender algunos de los mecanismos físicos que impactan en nuestro propio planeta.