Una nueva investigación ha detectado en la cuenca de Río Tinto unas minerales que tienen la capacidad de secuestrar metales pesados. Esos mismos minerales han sido descubiertos en Marte, lo que sugiere que en el pasado fue más húmedo y templado. Pero el científico español que participó en esta investigación, Ricardo Amils, advierte: la existencia de vida en Río Tinto no demuestra que haya habido vida en Marte.

Buscar rastros de vida, presente o pasada, en Marte es uno de los grandes objetivos de las misiones de exploración espacial, tanto presente como futura.

Uno de los medios para buscar rastros de vida es investigar en la Tierra a los denominados análogos terrestres de Marte, ambientes extremos que por sus características tienen alguna similitud con determinadas regiones del planeta rojo.

Uno de estos análogos marcianos más significativos de Marte se encuentra en España, concretamente al suroeste de la Península Ibérica, en Huelva: en la cuenca del Río Tinto, rica en minerales con una gran relevancia astrobiológica.

Esta relevancia se debe, por un lado, a que la presencia de esos minerales sugiere la existencia de agua en el pasado, y, por otro lado, que esos minerales, al ser compuestos ricos en hierro, son capaces de contener restos de vida.

Dinámica bacteriana

Una nueva investigación internacional, en la que ha participado el científico español Ricardo Amils, ha descubierto la dinámica de un conjunto de poblaciones biológicas (biocenosis) que coexisten en la desembocadura del Río Tinto.

En ese entorno, el agua ácida del río, contaminada con metales pesados ​​de la extracción de minerales y la meteorización mineral, se mezcla con el agua salada del Océano Atlántico.

Estas condiciones han permitido albergar un conjunto de microorganismos que aman estas condiciones extremas y forman una comunidad única.

Viven en un agua que es tan ácida como el vinagre, son resistentes a la alta salinidad y algunos también se las arreglan muy bien con altos niveles de metales tóxicos.

El equipo de investigación, encabezado por Andreas Kappler y Sara Kleindienst, ambos del Centro de Geociencias Aplicadas de la Universidad de Tubinga, averiguaron de dónde obtienen los microorganismos la energía necesaria para su metabolismo en condiciones extremas, así como qué influencia tienen los microbios en el depósito o dispersión de metales pesados ​​en el estuario del Río Tinto.

Proceso biológico

Los resultados de este trabajo, publicados en la revista Applied and Environmental Microbiology, ponen de manifiesto que la mayoría de los microorganismos presentes en el agua de los ríos obtienen su energía del hierro disuelto.

Durante ese proceso, forman minerales de hierro y precipitan otros metales tóxicos alrededor de su pared celular. Estos agregados de células y minerales luego se transportan río abajo hasta el estuario, donde el agua ácida del río se mezcla con el agua de mar.

La alta concentración de cloruro del agua de mar es tóxica para los microbios oxidantes del hierro amantes de los ácidos, la mayoría de los cuales termina desapareciendo en el estuario.

Sin embargo, en ese entorno florecen otros microorganismos oxidantes de hierro, capaces de resistir a la alta salinidad que aporta el agua del mar.

Además, los altos niveles de hierro disueltos en el estuario atraen especies de oxidantes de hierro marinos, formando minerales de hierro y precipitando metales tóxicos, como el arsénico y el cromo, que se depositan en el sedimento del Río Tinto. A continuación, ha podido determinar esta investigación, algunos de estos minerales se transportan más hacia el borde del mar.

El cráter Gale de Marte acoge los mismos minerales que existen en Rio Tinto. Ryan Anderson.

Información sobre posible vida en Marte

Los investigadores destacan que la información obtenida sobre esta comunidad microbiana permite conocer mejor la influencia de los microorganismos en la movilidad de los metales tóxicos en Rio Tinto, lo que tiene una gran importancia para la búsqueda de posible vida en Marte.

Los investigadores destacan al respecto que las bacterias oxidantes de hierro en Río Tinto forman minerales coloridos, como Goethita, Hematita roja, Schwertmannita, y Jarosita, que se depositan en el sedimento del río.

Curiosamente, se trata de los mismos minerales que fueron descubiertos por el rover Curiosity en Marte, en el sedimento del cráter marciano Gale.

La formación de tales minerales en Marte podría haber sido provocada, hace entre 4.100 y 3.700 millones de años, por microorganismos similares amantes de los ácidos en un sistema fluvial a gran escala, tal como ha ocurrido en la cuenca del Rio Tinto. En ese momento, Marte habría tenido condiciones más húmedas y temperaturas más moderadas.

Más similitudes

Hay otras similitudes: en el estuario de Río Tinto, las mareas del Océano Atlántico provocan una mezcla periódica de agua ácida de río y agua de mar.

En Marte, procesos similares pueden haber ocurrido en un ciclo sedimentario activo en el cráter Gale, hace entre 3.700 a 3.600 millones de años.

Durante este período, los sistemas de lagos y ríos en Marte también se secaron periódicamente, y el clima en el sistema del estuario del Río Tinto pudo haber provocado el correspondiente secado estacional de la llanura aluvial, según los investigadores.

Todo ello representa pistas significativas para investigar la posible existencia de vida microbiana en el pasado remoto de Marte.

 

Ricardo Amils trabajando en el Museo Minero de Riotinto. Nuria Rodríguez.

Ricardo Amils: La existencia de vida en Río Tinto no demuestra que haya vida en Marte

Ricardo Amils es un microbiólogo español. Se licenció en Química por la Universidad de Barcelona y realizó su tesis en el departamento de bioquímica de la facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Es doctor en Ciencias por la Universidad Autónoma de Barcelona y es uno de los firmantes del artículo donde se publica la última investigación sobre la colonia microbiana residente en la cuenca del Río Tinto.

Amils lleva más de 35 años trabajando en Río Tinto y ha participado en más de 150 artículos publicados sobre estas investigaciones. En la siguiente entrevista revela los entresijos del nuevo descubrimiento.

Después de este último descubrimiento, ¿estamos más cerca de confirmar la existencia de vida pasada en Marte?

La existencia de vida en el cauce del río no demuestra que haya vida en Marte, pero teniendo en cuenta que la mineralogía que se detecta en el río es producto de la actividad biológica, y que además es idéntica a la detectada en Marte utilizando distintas metodologías, es razonable concluir que, de haber vida en Marte, podría ser del mismo tipo que la que existe en la Faja Pirítica Ibérica.

 ¿Cómo se explica que mismos metales coloridos encontrados en el Río Tinto sean los mismos que los descubiertos en el cráter marciano Gale?

Hay que destacar que, si podemos explicar la geomicrobiología del Tinto, la de Marte está por hacerse. Los datos disponibles hasta el momento permiten identificar los mismos minerales, lo que no podemos asegurar que sean debidos al mismo proceso, pero es fácil concluir que, de haber vida en Marte, esa podría ser responsables de los minerales identificados en su superficie.

 ¿Qué podemos pensar de que el agua de Río Tinto sea tan ácida y de que su estuario sea uno de los sistemas de agua del mundo más contaminados con metales tóxicos?

No hay mucho que pensar sobre las características del río, ya que se trata de un sistema natural del que hay evidencia de su funcionamiento hace 8 millones de años, mucho antes de la primera actividad minera de la zona, lo que permite concluir que el origen de las características del río no puede ser la actividad minera.

Por otro lado, el nivel de contaminación de la ría es un tema muy debatible. Desde mi punto de vista no se puede considerar contaminación a algo originado naturalmente. Es mucho mayor la contaminación de la bahía de Huelva debida al arsénico utilizado en el río Guadalquivir para producir arroz, que el aportado por el río. Además, deberíais tener en consideración la contaminación debida al vertedero de residuos peligrosos que hay en Nerva, en la cabecera del río, y que obviamente es un atentado contra la salud pública. Y que además consiste en residuos peligrosos que no son producto de la actividad industrial de la zona.

Referencia

Biogeochemical Niches of Fe-Cycling Communities Influencing Heavy Metal Transport along the Rio Tinto, Spain. Sergey M. Abramov et al. Applied and Environmental Microbiology, Vol. 88, No. 4, 22 February 2022. DOI:https://doi.org/10.1128/aem.02290-21