Según un nuevo estudio, los avances del ser humano moderno durante la Edad de Piedra Media en el sur de África son solamente la "punta del iceberg" del período que forjó el desarrollo del cerebro y la creatividad humana. Al parecer, los olvidados y sacrificados pueblos que habitaron zonas desérticas más al norte habrían conseguido previamente avances similares o superiores, a partir del esfuerzo realizado para hacer frente a un entorno más complejo y desafiante.

Una investigación realizada por científicos de la Universidad de California en Davis, en Estados Unidos, y la Universidad de Wollongong, en Australia, ha comprobado que los entornos más complejos y hostiles no detuvieron el avance de las poblaciones humanas durante la Edad de Piedra Media, cuando se forjó el desarrollo del cerebro y la creatividad en los primeros humanos modernos. Por el contrario, las poblaciones más perjudicadas por el entorno se adelantaron en distintas innovaciones a las comunidades que vivieron en zonas con climas más amigables.

De acuerdo a las teorías establecidas, la evolución en cuanto a diferentes comportamientos complejos que hicieron posible el desarrollo de los humanos modernos y su expansión global se concretó durante la Edad de Piedra Media, o sea hace entre 315.000 y 40.000 años. Pero los datos más conocidos según la evidencia arqueológica indican que prácticamente todos esos avances, como la fabricación de herramientas o el desarrollo del pensamiento y la planificación, se concretaron en los pueblos que habitaban el sur de África, dotado de un clima más benévolo. 

Creatividad para adaptarse a las exigencias del entorno

Según una nota de prensa, esta noción establecida podría ser errónea, o como mínimo incompleta. En un nuevo estudio publicado recientemente en la revista Nature Ecology & Evolution, los investigadores liderados por Alex Mackay y Teresa Steele concluyeron que en un período ubicado hace entre 80.000 y 92.000 años, poblaciones residentes en áreas desérticas de la región de Knersvlakte, localizada alrededor de 100 kilómetros al norte de los sitios más conocidos en el sur de África, como la cueva de Blombos, produjeron avances que han pasado desapercibidos hasta hoy.

Al parecer, un clima más desafiante y agresivo promovió la creatividad de estas poblaciones aisladas: los descubrimientos realizados por los científicos muestran que algunas de las herramientas e innovaciones que desarrollaron aparecieron con posterioridad en las comunidades que residían más al sur, con un clima más agradable. En otras palabras, se adelantaron a los progresos que se cree que habían nacido en las áreas más conocidas.

En consecuencia, las personas de las regiones desérticas ignoradas del norte habrían vivían vidas muy diferentes y, en cierto modo, más creativas. Los humanos innovaron para adaptarse a la vida en el desierto africano hace 80.000 años de múltiples maneras, como por ejemplo desarrollando tecnología a partir de cáscaras de huevo de avestruz, que usaron en elementos prácticos y como medio de canalizar su expresividad, o produciendo herramientas de piedra al calentar rocas de silcreto.

La influencia del ambiente en la evolución humana

Las adaptaciones en estos períodos de aislamiento habrían ayudado a motivar la innovación, según los científicos. Los restos descubiertos permiten comprobar que las herramientas desarrolladas en estas poblaciones desconocidas comenzaron a observarse unos miles de años después en las comunidades ubicadas más al sur, cuando se registró una mayor conexión entre las diferentes regiones. 

En consecuencia, los investigadores creen que el estudio de la Edad de Piedra Media en África, y concretamente los registros que exceden a las áreas más conocidas, pueden seguir generando una variedad de preguntas sobre la influencia de los factores sociales y ambientales en los patrones de evolución del comportamiento humano.

Referencia

Environmental influences on human innovation and behavioural diversity in southern Africa 92–80 thousand years ago. Alex Mackay, Teresa Steele et al. Nature Ecology & Evolution (2022). DOI:https://doi.org/10.1038/s41559-022-01667-5