Información oculta sobre programas de investigación del gobierno estadounidense que recientemente ha salido a la luz muestra que un área del Departamento de Defensa financió extrañas investigaciones desde 2007 hasta 2012: además del proyecto relativo al “bombardeo” de la Luna, trabajaron en fenómenos como la invisibilidad, la antigravedad, los agujeros de gusano, los objetos voladores no identificados (Ovnis) y hasta los portales interdimensionales.

Documentos pertenecientes al Programa de Identificación de Amenazas Aeroespaciales Avanzadas (AATIP, según las siglas en inglés), que dependía de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) del gobierno estadounidense, permiten confirmar que entre 2007 y 2012 ese departamento estatal destinó fondos para la investigación de tecnologías experimentales que, como mínimo, pueden calificarse de extrañas o inusuales.

De acuerdo a un artículo publicado en Vice.com, los proyectos incluían el análisis de fenómenos relacionados con capas de invisibilidad, dispositivos antigravedad, agujeros de gusano atravesables, efectos sobre el ser humano de los encuentros con Ovnis y, quizás en la idea más controversial, una propuesta para hacer un túnel a través de la Luna, mediante explosivos nucleares.

Los documentos sobre el programa secreto incluyen casi 1.600 páginas de informes, propuestas, contratos y notas de reuniones: gran parte de esa información puede leerse en este repositorio facilitado por Vice.

¿Cómo fue posible acceder a esta información oculta? En 2017, el New York Times reveló la existencia del programa AATIP. Ahora, una solicitud de la Ley de Libertad de Información (FOIA), presentada hace cuatro años, hizo posible que Vice accediera a los datos y pudiera publicarlos. Se cree que los millones de dólares asignados al extinto programa tenían como objetivo el estudio de las capacidades militares y de defensa de una variedad de tecnologías especulativas y exóticas.

Hacia el centro de la Luna

En cuanto al polémico proyecto de “bombardeo” lunar, un artículo publicado en Live Science indica que en el marco de un estudio sobre propulsión de masa negativa, los científicos que participaron del proyecto propusieron un plan para buscar metales extremadamente livianos en el centro de la Luna, que según se indica podrían ser 100.000 veces más livianos que el acero pero, al mismo tiempo, disponer de una fuerza equivalente al acero. Para llegar al centro de nuestro satélite natural, los autores sugerían abrir un túnel a través de la corteza y el manto lunares, empleando explosivos termonucleares.

Con relación a los dispositivos de invisibilidad, los investigadores sostienen que el encubrimiento perfecto es imposible porque requiere materiales “donde la velocidad de la luz se acerca al infinito". Sin embargo, los dispositivos de camuflaje que hacen que los objetos sean invisibles para los sensores basados en microondas, como los radares y los detectores de movimiento, estarían claramente al alcance de la tecnología actual, según los autores del informe del programa AATIP.

Por otro lado, los informes también hacían referencia a puertas estelares y energía negativa, comunicaciones de ondas gravitacionales de alta frecuencia, energía oscura y la manipulación de dimensiones desconocidas, temas que todavía parecen extraídos de una novela de ciencia ficción pero que, en muchos casos, ya están siendo incluso analizados con seriedad por la ciencia.

Objetivos políticos y militares

Sin embargo, en este caso los objetivos no eran principalmente científicos. Según la información que ha salido a la luz, los responsables políticos del programa pensaban que el estudio continuo de estos temas probablemente conduciría a avances tecnológicos que, en el corto plazo, requerirían una “protección extraordinaria” por parte del gobierno.

Según los funcionarios, los resultados de AATIP no solo beneficiarían al gobierno estadounidense, sino que el conocimiento tecnológico y la capacidad obtenida proporcionarían una clara ventaja a Estados Unidos sobre cualquier amenaza extranjera, manteniendo así su preeminencia como líder mundial. Al mismo tiempo, destacaron que la información descubierta solo “arañaba la superficie" sobre lo que el Pentágono sabe en cuanto a los fenómenos y las nuevas tecnologías mencionadas.