Una investigación revela que los perros pueden tener ideas de los juguetes que conocen y que son capaces de reconocerlos entre muchos objetos, ya sea en la luz o en la oscuridad, gracias a esa imagen mental.

Investigadores de la Universidad Eötvös Loránd de Budapest han demostrado que los perros tienen una "imagen mental multisensorial" de los objetos que conocen.

Eso significa que, al “pensar” en un objeto, los perros imaginan sus diferentes características sensoriales, como la forma en que se ve o cómo huele.

El grupo de científicos comprobó que los sentidos que usan los perros para identificar objetos, como sus juguetes, reflejan la forma en que los objetos se representan en sus “mentes”.

En un estudio previo, publicado el año pasado en la revista Royal Society Open Science, este mismo equipo de investigadores descubrió que solo unos pocos perros excepcionalmente dotados pueden aprender hasta 12 palabras en una semana y recordarlas durante meses. Aprenden a velocidades similares a las de los bebés humanos de 1 año.

Perros superdotados

Se denominan perros Dotados de Aprendizaje de Palabras (GWL) y presentan habilidades cognitivas funcionalmente similares a las de los bebés humanos. Asocian objetos con palabras y pueden tener un vocabulario que supera los 100 términos.

Esta primera investigación se desarrolló con seis perros calificados GWL, todos Border Collies, una especie de pastor escocés, con una edad promedio de 3,6 años y un vocabulario promedio de 26 palabras. Los tres machos y las tres hembras procedían de Estados Unidos, Brasil, España, Holanda, Noruega y Hungría.

Los investigadores enviaron al dueño de cada perro una caja que contenía seis juguetes nuevos. Luego, los propietarios tenían seis días para enseñar a sus perros los nombres de los juguetes con sus métodos habituales.

Después de una semana, todos los perros recuperaron con éxito al menos cinco de los seis juguetes nuevos. Luego, el equipo envió una segunda caja con 12 juguetes nuevos y repitió el proceso. Todos los perros recuperaron con éxito al menos 11 de los juguetes, solo por asociación con la palabra asignada por sus dueños.

Nuevo experimento “de pensamiento”

El nuevo experimento también tuvo dos partes y contó con dos grupos de perros: tres de ellos GWL y otros 10 no familiarizados con los nombres de sus juguetes. Todos tenían que buscar un juguete camuflado entre otros objetos, tanto con las luces encendidas como apagadas. Y se les entrenó a encontrar el correcto mediante recompensas.

Una vez terminado el entrenamiento, los investigadores observaron que todos los perros encontraron los juguetes camuflados, tanto con luz como con oscuridad, sin mayores dificultades. El aprendizaje fue efectivo en ambos tipos de perros.

En una segunda parte del experimento, los investigadores se quedaron solo con los tres perros GWL: tenían que encontrar también los juguetes camuflados, pero en este intento relacionando la búsqueda con su facultad de aprender palabras.

Es decir, tenían que saber qué juguete encontrar, en luz y oscuridad, no por haberlo aprendido por un mecanismo de recompensa, sino solo por la palabra asociada con el objeto pretendido.

Era la misma experiencia del experimento del año pasado, salvo por la novedad de que en esta ocasión no solo tenían que reconocer un juguete en relación con una palabra, sino algo un poco más difícil: identificarlo en medio de otros juguetes presentados como señuelos.

Imagen mental

En este segundo intento, los perros GWL tuvieron éxito en la selección de los juguetes nombrados por sus dueños, a pesar de estar camuflados con otros juguetes engañosos no asociados con palabra alguna.

Según los investigadores, eso significa que los perros, cuando escuchan el nombre de un juguete, recuerdan las diferentes características sensoriales de ese objeto y pueden utilizar esta “imagen mental multisensorial” para identificarlo, también en la oscuridad, entre otros señuelos.

“Los perros tienen un buen sentido del olfato, pero descubrimos que preferían confiar en la visión y usaban la nariz solo unas pocas veces, y casi solo cuando las luces estaban apagadas”, explica Adam Miklósi, jefe del Departamento de Etología de la Universidad ELTE y coautor del estudio, en un comunicado.

“Los perros olfatearon más a menudo y durante más tiempo en la oscuridad. Pasaron un 90% más de tiempo olfateando cuando las luces estaban apagadas, pero incluso así, necesitaron solo el 20% del tiempo de búsqueda”, añade.

En conclusión, el éxito de los perros en encontrar los juguetes y los diferentes sentidos utilizados mientras buscan en la luz y en la oscuridad revela que, cuando los perros juegan con un objeto, aunque sea brevemente, prestan atención a sus diferentes características y que, utilizando múltiples sentidos, registran “mentalmente” la información y fabrican una idea mental del juguete que tanto les gusta.

Un experimento que cualquier persona puede repetir en casa con su mascota a ver qué pasa, y tal vez descubrir que su perro también “piensa”.

Referencia

Multisensory mental representation of objects in typical and Gifted Word Learner dogs. Shany Dror et al. Animal Cognition (2022). DOI: https://doi.org/10.1007/s10071-022-01639-z