Japón se ha lanzado al diseño de una mini Tierra en la Luna que replica en su interior la gravedad y las condiciones climáticas que existen en la Tierra. Con gravedad artificial, la colonia humana podrá reproducirse y vivir los mismos años que en nuestro planeta. Estará operativa en 2050.

Japón ha puesto en marcha un proyecto de investigación para construir una base en la Luna equipada con gravedad artificial. El proyecto está protagonizado por la Universidad de Kyoto y Kajima Coportation, una de las empresas constructoras más antiguas y grandes de Japón.

El proyecto se propone crear en nuestro satélite un entorno de gravedad equivalente al de la Tierra, con la finalidad de conseguir estancias prolongadas de humanos en la Luna en condiciones parecidas a las de nuestro planeta.

La base, a la que han denominado Lunar Glass, tiene forma de un cono, casi 400 metros de altura y da una vuelta completa cada 20 segundos: la fuerza centrífuga le permite alcanzar la gravedad que tenemos en la Tierra.

La estructura se asemeja a un enorme cono vertical giratorio, con paredes de vidrio. Incluye extensiones de agua, vegetación (parques, árboles) y viviendas: una Mini Tierra en la Luna.

La estructura está concebida específicamente para soportar las condiciones atmosféricas de la Luna y Marte. El primer prototipo será construido en la superficie lunar en el año 2050. Contempla un conjunto de ecosistemas característicos de la Tierra, una especie de bioma terrestre en la Luna.

Gravedad artificial

La gravedad artificial es la alteración de la gravedad natural (fuerza G) de forma artificial, principalmente en el espacio, pero también en la Tierra. Esto puede lograrse usando diferentes fuerzas, principalmente la fuerza centrífuga (que es la que se empleará en la Luna) o la aceleración lineal.

Se trata de una tecnología imprescindible para la permanencia humana prolongada en el espacio, a través de estaciones o hábitats espaciales.

Actualmente, tanto la astrofísica como la ingeniería aeroespacial investigan diferentes métodos para la generación y manipulación de estos campos gravitacionales, por lo que la propuesta japonesa representa todo un desafío tecnológico.

En el caso de la Luna, aunque dispone de fuerza de gravedad, es diferente: como es más pequeña que la Tierra, la atracción que se siente en la Luna es más pequeña que la atracción terrestre.

La gravedad de la Tierra es seis veces mayor a la de la Luna, lo que significa que el peso de un astronauta en la Tierra es seis veces mayor que si estuviese en la Luna.

Por este motivo, si queremos establecer colonias duraderas en la Luna, necesitamos resolver previamente el problema de la gravedad, destacan los protagonistas de esta iniciativa, de la que informaron en una rueda de prensa repercutida ampliamente por medios japoneses.

Impacto en la vida humana

La NASA ha estudiado desde hace tiempo el impacto en los astronautas de las estancias prolongadas en el espacio, que no es solo psicológico, derivado del aislamiento y confinamiento en un espacio pequeño.

En el espacio, los astronautas saben que pierden densidad mineral ósea y masa muscular, debido a la gravedad diferente a la de la Tierra. El ejercicio es necesario para preservar la fuerza muscular y los huesos.

También saben que los fluidos corporales tienden a concentrarse en la cabeza, aumentando la presión ocular y posibles problemas de visión.

Asimismo, se supone que estancias prolongadas en la Luna pueden condicionar la reproducción de la especie, ya que los astronautas no pueden moverse o pararse con normalidad. Se desconoce completamente, además, qué pasaría con un niño nacido en un ambiente como el lunar.

Sin gravedad, imposible

“Sin gravedad, es posible que los mamíferos no nazcan con éxito. Incluso si puede nacer, no podrán esperar un crecimiento normal en condiciones de baja gravedad. Cuando una persona crece en condiciones de baja gravedad, se convierte en un cuerpo que no puede sostenerse por sí solo sobre la superficie”, destacan los investigadores.

Además, por los vuelos espaciales sabemos también que producen cambios similares a los del envejecimiento, por lo que la esperanza de vida disminuye por efecto de la gravedad.

Las expectativas de vida de las colonias humanas en la Luna son por todo ello considerablemente inferiores a las de la Tierra, tanto por las limitaciones para la reproducción como por el envejecimiento prematuro de la población residente.

Sin embargo, si viven en esta instalación, los seres humanos pueden tener hijos con tranquilidad y mantener un cuerpo que puede regresar a la Tierra en cualquier momento, destacan los investigadores. Tardarían menos de una semana en llegar.

Única salida

Los ingenieros y científicos japoneses consideran que la única manera de concebir estancias humanas prolongadas en la Luna es creando una estación de gravedad artificial.

Esa estación permitiría a los residentes soportar tanto las condiciones atmosféricas de la Luna como las de Marte. Incluye una flota de transporte interplanetario que dispondría de una gravedad similar a la de la Tierra para los desplazamientos entre nuestro planeta, la Luna y Marte, según sus diseñadores.