Psicología
La música clásica se encarna en los cuerpos de las personas que asisten a un concierto
No solo despierta emociones compartidas, sino que también armoniza el ritmo cardiaco, la respiración y los gestos de toda la audiencia

A los miembros del público se les colocaron sensores mientras antes del concierto. / Phil Dera.
Redacción T21
La música clásica no solo emociona a las personas que asisten a un concierto, sino que también armoniza el ritmo cardiaco, la respiración, los gestos y las posturas del público, lo que revela que la percepción musical se “encarna” en el cuerpo de toda la audiencia.
La música clásica tiene el poder de emocionar, inspirar y transportar a los oyentes a un mundo de sonidos y sensaciones. Pero, además, la música clásica puede provocar que las funciones corporales de los oyentes se sincronicen entre sí, creando una especie de conexión colectiva.
Así lo ha demostrado un estudio realizado por investigadores suizos, que han medido la frecuencia cardíaca, la respiración, la conductancia eléctrica de la piel y los movimientos de más de 130 personas que asistieron a un concierto de música clásica en Berlín que interpretó música de cámara.
El estudio, publicado en la revista Scientific Reports, se basa en el concepto de "embodiment" o "encarnación" de la experiencia musical, que sostiene que la percepción de la música no es solo un proceso mental, sino que implica al cuerpo entero y se ve influida por el entorno y la interacción con otros.
Los investigadores, liderados por el psicólogo Wolfgang Tschacher de la Universidad de Berna, utilizaron sensores y cámaras en la frente para registrar las respuestas fisiológicas y motoras de los participantes durante el concierto, que incluía piezas de Ludwig van Beethoven, Brett Dean y Johannes Brahms.
Alineación progresiva
Los resultados revelaron que las funciones corporales de los oyentes se fueron alineando cada vez más a medida que avanzaba el concierto, especialmente la respiración.
Pero también se observó una sincronización significativa en el ritmo cardíaco y en la conductancia de la piel, que refleja el nivel de excitación del sistema nervioso. Incluso los gestos y las posturas de los asistentes mostraron una mayor similitud.
Estas sincronías indican que los oyentes resonaron con la música, es decir, que su percepción musical se "encarnó" en sus cuerpos, un detalle importante porque la encarnación de la mente juega un papel cada vez más importante en la ciencia cognitiva.
Los investigadores también descubrieron que esta sincronización corporal estaba relacionada con las experiencias estéticas, los afectos y los rasgos de personalidad de los individuos.
Midiendo emociones
Para medir las emociones de los oyentes, utilizaron dos métodos: un cuestionario y una escala visual analógica.
El cuestionario se realizó antes y después del concierto, y consistía en 16 preguntas sobre el grado de placer, interés, sorpresa, tristeza, ira, miedo, disgusto y alegría que sentían los participantes al escuchar la música.
La escala visual analógica se aplicó durante el concierto, y consistía en una línea horizontal con dos extremos que representaban el mínimo y el máximo de una emoción. Los participantes debían indicar con un cursor el nivel de emoción que experimentaban en cada momento.
Sincronización progresiva
Estos métodos permitieron a los investigadores obtener una medida cuantitativa y cualitativa de las emociones de los oyentes.
De esta forma pudieron apreciar que la sincronización era mayor cuando los oyentes se sentían emocionalmente conmovidos por la música y se sumergían en ella.
Además, aquellos que se describían a sí mismos como más abiertos y amables tendían a armonizar más sus funciones corporales con las de los demás, mientras que los que se consideraban más extrovertidos y neuróticos lo hacían menos.
Comunicación no verbal
Los autores del estudio sugieren que esta sincronización corporal podría ser una forma de comunicación no verbal entre los oyentes, que les permite compartir una experiencia emocional común.
También plantean que este fenómeno podría tener beneficios para la salud, ya que se ha relacionado la sincronización cardíaca y respiratoria con un mejor bienestar psicológico y físico.
Hay que tener en cuenta al respecto que la sincronización corporal no solo se produce con la música clásica, sino también con otros tipos de música que tienen un ritmo marcado y regular, según investigaciones previas.
Referencia
Audience synchronies in live concerts illustrate the embodiment of music experience. Wolfgang Tschacher et al. Scientific Reports, volume 13, Article number: 14843 (2023). DOI:https://doi.org/10.1038/s41598-023-41960-2
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