Ciencia y sociedad

La caja de Pandora genética ha sido abierta

Un equipo científico se propone "escribir" por primera vez el genoma humano para crear células resistentes a enfermedades y abrir una nueva era en la medicina regenerativa

¿La cura definitiva o nuestra creación más peligrosa?

¿La cura definitiva o nuestra creación más peligrosa? / ChatGPT/T21

Redacción T21

Madrid

El genio ha salido de la botella. Entre la promesa de curar lo incurable y el espectro de rediseñar la humanidad a nuestro antojo, un polémico proyecto para fabricar ADN humano ha recibido luz verde, planteando la pregunta más incómoda de nuestro tiempo: ¿quién pone los límites cuando jugamos a ser Dios?

Un ambicioso y controvertido proyecto científico para crear los componentes básicos de la vida humana desde cero ha comenzado, en lo que se considera una primicia mundial, revela la BBC.

Con una financiación inicial de 10 millones de libras esterlinas (unos 11,6 millones de euros) otorgada por el Wellcome Trust, la organización benéfica médica más grande del mundo, esta iniciativa busca dar un paso monumental más allá del Proyecto Genoma Humano original.

Mientras que el primer proyecto permitió a los científicos "leer" los genes humanos, este nuevo esfuerzo, conocido como el Proyecto Genoma Humano Sintético, tiene como objetivo "escribir" el código genético, permitiendo construir segmentos de ADN molécula por molécula.

Las operaciones se limitarán estrictamente a entornos de laboratorio, como tubos de ensayo y placas de Petri, sin intención de generar formas de vida sintéticas. Sin embargo, la tecnología otorgará a los científicos una influencia sin precedentes sobre los sistemas biológicos humanos. El Dr. Julian Sale, del Laboratorio de Biología Molecular del MRC en Cambridge y miembro del proyecto, describe la investigación como "el próximo salto gigante en la biología". Según Sale, el potencial de esta tecnología es ilimitado y podría conducir a terapias que mejoren la vida de las personas a medida que envejecen, permitiendo un envejecimiento más saludable y con menos enfermedades.

El equipo de investigación busca utilizar este enfoque para generar células resistentes a enfermedades que puedan repoblar órganos dañados, como el hígado, el corazón e incluso el sistema inmunitario.

Tema tabú

A pesar de sus promesas médicas, el proyecto ha sido un tema tabú hasta ahora debido a las profundas preocupaciones éticas que suscita, como la posibilidad de crear bebés de diseño o introducir cambios imprevistos en las generaciones futuras. Estas inquietudes son compartidas por expertos en el campo. El profesor Bill Earnshaw, destacado genetista de la Universidad de Edimburgo, advierte sobre los riesgos de un uso indebido de la tecnología.

"El genio ya ha salido de la botella. Podríamos establecer una serie de regulaciones ahora, pero si un grupo con los recursos necesarios decide comenzar a sintetizar cualquier cosa, dudo que podamos evitarlo", añade, según la BBC.

Earnshaw teme que científicos sin escrúpulos puedan intentar desarrollar armas biológicas, mejorar artificialmente las capacidades humanas o incluso crear organismos que contengan ADN humano. A estas preocupaciones se suman las de índole comercial y de propiedad. Pat Thomas, directora del grupo de campaña Beyond GM, citada por la BBC, expresa su inquietud sobre cómo las corporaciones sanitarias podrían comercializar los nuevos tratamientos derivados de esta investigación, planteando preguntas fundamentales: "Si logramos crear partes del cuerpo sintéticas o incluso individuos sintéticos, ¿quién posee la propiedad sobre ellos? ¿Y quién tiene los derechos sobre los datos generados por estas innovaciones?".

¿Responsable?

Ante este panorama, la decisión de Wellcome de financiar el proyecto fue tomada tras una gran deliberación. El Dr. Tom Collins, quien autorizó la financiación, explicó la lógica detrás de la decisión: "Reflexionamos sobre cuál sería el coste de la inacción". Sostuvo que el desarrollo de esta tecnología es inevitable, por lo que abordarla de manera proactiva permite hacerlo de la forma más responsable posible, enfrentando directamente los dilemas éticos y morales.

Para garantizar un enfoque responsable, el proyecto científico irá acompañado de un programa de ciencias sociales dirigido por la profesora Joy Zhang, socióloga de la Universidad de Kent.

El objetivo de este programa es recoger las perspectivas de expertos, científicos sociales y, de manera crucial, del público general. Se busca entender su relación con la tecnología, sus beneficios potenciales y, sobre todo, las preguntas e inquietudes que puedan tener.

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