Un destino turístico alcanza la categoría de imprescindible cuando es capaz de ofrecer una experiencia inédita al visitante, incluso cuando no es la primera vez, y esa sería la explicación de que la Vall d’Uixó haya conseguido convertirse en el segundo destino de Castellón por número de visitantes. No es por casualidad

Les Coves de Sant Josep son un emblema provincial. Con una trayectoria enraizada en sus atractivos naturales, en los últimos años ha logrado no solo consolidar sino ampliar la llegada de turistas de cualquier punto de España y también del extranjero. Acuerdos con tour operadores y empresas navieras han hecho posible que los cruceros que hacen puerto en València o Castelló cuenten entre sus excursiones prácticamente obligadas con un alto en este municipio de la Plana Baixa. Y a tenor de las valoraciones de quienes tienen la oportunidad de realizar la visita, la apuesta está más que justificada. En ningún otro lugar pueden navegar por un río subterráneo.

Desde el inicio de la pandemia, además, les Coves de Sant Josep se han convertido en ejemplo de turismo seguro, tanto es así que su adaptación a las nuevas circunstancias se ha convertido en modelo a imitar, como se ha expuesto en encuentros profesionales. 

Les Coves son una puerta abierta a numerosas experiencias con el patrimonio de la Vall como protagonista principal.

Seguridad y sostenibilidad. Esas son las dos apuestas a las que la Vall d’Uixó ha fiado el futuro del río subterráneo. Porque cuando de la explotación turística de un recurso natural se trata, hacer compatible el acceso de miles de visitantes y a la vez preservar su conservación es fundamental. Esa fue la razón principal por la que, hace varios años, invirtieron en la renovación integral de la iluminación, recurriendo a la tecnología led. 

La transformación de la visita fue evidente. Quienes conocían el anterior ambiente y volvieron a entrar en la cavidad tras la adecuación, descubrieron una cueva nueva, más cuidadosa con este ecosistema en el subsuelo.

La incorporación de nuevas experiencias completó la apuesta con acierto. Hoy por hoy, el espeleokayak --la oportunidad de recorrer la zona navegable en kayak, en grupos reducidos y con guías especializados-- se ha convertido en una opción muy demandada y recomendable.

La Vall es más

Pero la Vall d’Uixó, pese a deber mucho o casi todo en materia turística a les Coves de Sant Josep, es mucho más. Con el propósito de demostrar que este no es un simple eslogan publicitario o promocional, en el Ayuntamiento llevan varios años diseñando un relato turístico que fundamenta su coherencia en la propia historia del municipio. 

Camí de l’Aigua es el nombre de ese proyecto que nace, como el río, en el Paraje de Sant Josep, donde se asentaron las primeras civilizaciones conocidas, y que recorre el itinerario que establecieron quienes hicieron que el pueblo fuera creciendo hasta convertirse en la ciudad que es hoy, el ‘poble de pobles’

Recientemente se ha anunciado una importante inversión con la que va a rehabilitarse parte de los dos cascos históricos, columna vertebral de la identidad ‘vallera’. Camí de l’Aigua es un recorrido por la historia y el patrimonio de la población, con varias paradas de relevancia, como la que requiere el Poblat Íber de Sant Josep, yacimiento ubicado sobre les Coves y que sigue siendo objeto de investigación dada la importancia de los descubrimientos que todavía ofrece. 

Periódicamente se organizan visitas guiadas para grupos reducidos que se pueden disfrutar de forma separada o como un complemento --lo más recomendable-- a la que se realiza a las grutas. 

Y a partir de ahí, el visitante solo ha de dejarse llevar. Depende de la época del año, pueden consultarse otras programaciones complementarias que facilitan una aproximación al Camí de l’Aigua, con las Nits d’històries i historietes, también itinerarios guiados, pero en este caso por el casco urbano de la ciudad.

Si bien la pandemia ha mermado otra de las ofertas inéditas de la Vall, su programación festiva, ya empieza a reactivarse un calendario con convocatorias populares que pone a prueba la resistencia del más dispuesto. Desde enero, con Sant Antoni; febrero, con el Mig Any Fester de les Penyes; marzo, con les Falles; abril, con la Semana Santa y las fiestas patronales de Sant Vicent; agosto, con les Penyes en Festes; y octubre, con las fiestas patronales de la Sagrada Familia y el Santísimo Cristo, y entre medio numerosas programaciones en los barrios de la localidad, no hay época del año en la que uno no encuentre razones para hacer un alto en la Vall d’Uixó.