Las playas, el carril bici junto a la costa, su montaña y la atractiva oferta cultural y gastronómica convierten a Benicàssim en una de las localidades estrella de la provincia.

Y es que sumado a sus tesoros naturales, que la sitúan como una de las ciudades más bellas del Mediterráneo, gana terreno por su patrimonio, con un paseo marítimo lleno de historia en el que recorrer desde la Ruta de las Villas hasta la Torre de Sant Vicent, restaurada y convertida en Centro de Interpretación para poder recibir visitas, incluso poder admirar desde lo alto las impresionantes vistas.

Además, el municipio se consolida como referente cultural en la provincia y en toda la Comunitat Valenciana, con exposiciones de gran nivel con obras de genios como Picasso o el maestro Ripollés, que dan vida a mansiones con tanta historia como el palacete de Villa Elisa, frente a la playa del Voramar.

El palacete de Villa Elisa. ED

para disfrutar de unas vacaciones de ensueño, desde el Voramar, pasando por l’Almadrava, Torre Sant Vicent, els Terrers y Heliópolis. Equipadas con todos los servicios necesarios para el turista, tumbonas, sombrillas, puestos de masajes, quioscos de prensa, helados, redes de voley playa, alquiler de embarcaciones, como kayaks, motos acuáticas o modalidades en auge como el paddle surf… ideales para garantizar un verano de lo más divertido. Además, la Escuela de Vela permite iniciarse en los deportes náuticos en Benicàssim.

La localidad costera también destaca por su gastronomía, con una oferta de numerosos restaurantes de excelente calidad que se han convertido en los más aclamados de la provincia. Desde la zona de tascas en el casco antiguo hasta nuevos templos culinarios que llenan de vida las principales calles del pueblo y las playas.

Benicàssim cuenta con siete kilómetros de playas de fina arena. ED

Alojamiento

Sus hoteles y cámpings, con todas las zonas ideales para garantizar el relax y disfrute de sus huéspedes, con jardines y piscinas que transportan al paraíso, atraen cada año a numerosos turistas. Y es que la localidad multiplica su población en verano, pasando de los cerca de 19.000 habitantes, que aumentaron con la pandemia por la calidad de vida de la ciudad, a alrededor de 100.000 personas en temporada estival.

Y no solo para disfrutar de sus playas y numerosos atractivos, los amantes de la montaña también tienen el parque natural del Desert de les Palmes para hacer rutas, senderismo y admirar las vistas desde sus preciosos miradores.

Más información en: www.turismo.benicassim.es