Buñol es, sin ninguna duda, una localidad internacional. Cada año, el último miércoles de agosto se congregan allí más de 20.000 personas procedentes de prácticamente todos los rincones del mundo para celebrar la Tomatina.

Sin embargo, Buñol esconde muchos más secretos. Su situación geográfica le dota de parajes naturales con gran belleza, entre los que destacan el río Buñol , el río Juanes y el río Mijares, así como el entorno de la Cueva Turchela Cueva Alta o la Cueva de Carcalín, con un recorrido repleto de pozos naturales de espectacular belleza.

Además, ofrece una serie de monumentos y lugares de gran reconocimiento histórico y cultural a lo largo y ancho de su núcleo urbano.

La localidad dispone de un casco antiguo repleto de contrastes. Un paseo por sus calles le puede llevar a los pies de obras arquitectónicas, como la iglesia de San Pedro; edificios que muestran su reciente pasado industrial, como el Molino Galán; o espacios para el recreo, como el parque de San Luis.

A este patrimonio arquitectónico y urbano hay que sumar un espectacular castillo, ubicado en la antigua frontera entre Valencia y Castilla.