La playa de Piles dispone de un paseo marítimo ocupado por casas unifamiliares de una o dos plantas, muy cerca del mar; y en segunda línea, los edificios más altos dedicados a alojamientos en apartamentos de vacaciones. Este criterio urbanístico permite que el visitante se sienta menos agobiado cuando pasea por este tramo litoral.

En el extremo meridional de la playa se encuentra el estrecho camino del Racó, rodeado de campos dedicados a cítricos con pequeñas casas de labranza. Las dunas y su vegetación característica dan al paraje el aire exótico que poseen largos tramos de la marjaleria valenciana. Sus principales monumentos: la iglesia de Santa Bárbara y una torre de vigilancia marítima del siglo XVI para advertir de la presencia de las naves piratas.