Con casi 45.000 habitantes, Alzira, la capital de la Ribera Alta, presenta un destacado patrimonio histórico y una amplia oferta de ocio, además de un reseñable entorno natural.

El centro histórico de la ciudad, La Vila, que ha sido declarado Bien de Interés Cultural (BIC), presenta entre sus estrechas calles destacados monumentos o conjuntos como la Casa Consistorial (s. XVI), el Palacio de Casassús (s. XVIII), la iglesia de Santa Catalina con su fachada barroca o la plaza Mayor.

Por su parte, las históricas Murallas de Alzira, de origen musulmán, han sido consideradas Bien de Interés Cultural y Patrimonio Histórico de España.

A todo ello se suma el monasterio de la Murta. Surgido a partir de la agrupación de distintas ermitas de los siglos XIV y XV, alberga la «torre los palomos» y un portal de estilo renacentista. Además, se encuentra integrado como punto final de la ruta por los monasterios valencianos que tiene su inicio en Gandia.

En cuanto al entorno natural de Alzira, la ciudad cuenta con el Parque de la Murta y la Casella. Con 765 hectáreas de superficie, este terreno de gran riqueza natural y paisajística, pero también cultural y arqueológica, fue declarado Paraje Natural Municipal en el año 2004.

En sus inmediaciones se pueden visitar numerosas construcciones que le confieren una personalidad única, como son las ruinas del Monasterio de los Jerónimos de Nuestra Señora de la Murta, las ermitas del Mont Calvari de estilo rupestre, sus fuentes, el puente de Felipe II, l’Almàssera de aceite, la Casona de aires señoriales y la Casa Nueva de la Murta -de estilo más rústico- o el popular observatorio de l’Ouet, así como diferentes cuevas y simas.