L’Olleria cuenta con un importante y variado patrimonio del cual poder disfrutar: una rica e interesante historia, un entorno natural amplio con diferentes rutas para hacer deporte o visitar en familia, fiestas durante todo el año y una población acogedora que recibe a los visitantes con los brazos abiertos.

Se trata de un pueblo que a lo largo de la historia ha vivido diferentes culturas y cada una de ellas ha dejado su huella en su territorio: ya desde la época Neolítica encontramos restos arqueológicos, entre otros, al barranco del Salido o el Castellet del Porquet. Los romanos han dejado su huella con villas romanas o la lápida que se puede encontrar en el casco urbano. También es muy relevante el legado árabe: producción terrissera, nacimiento de la pirotecnia en l’Olleria, toponimia y, sobre todo, la fabricación del vidrio.

En un viaje por la historia de l’Olleria no puede faltar el vidrio, cuyo trabajo soplado a mano se ha convertido en un emblema de la localidad desde hace más de cuatro siglos. Los visitantes podrán descubrir el Forn Gisberts, una antigua fábrica de vidrio en la que se muestra este oficio tradicional y artesanal que dio vida al municipio durante siglos.

L’Olleria es villa real desde el año 1588 y desde entonces hasta la actualidad es mucho el patrimonio con que cuenta el término municipal: el Convento de los Capuchinos, el Palau de los Marau, la ermita de San Cristóbal, el Hospital de San Juan Bautista, la ermita del Cristo de la Palma, la iglesia de la Virgen de Loreto, el Cine Cervantes … y, por supuesto, sus fiestas -entre otras las de Moros y Cristianos declaradas Bien de Interés Turístico desde 1985-.